Texto del evangelio Mc 1,14-20 – el Reino de Dios está cerca
14. Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios:
15. «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena Nueva.»
16. Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores.
17. Jesús les dijo: «Vengan conmigo, y los haré llegar a ser pescadores de hombres.»
18. Al instante, dejando las redes, le siguieron.
19. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes;
20. y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.
Reflexión: Mc 1,14-20
Tal vez lo primero en lo que debemos reparar sea en que el Señor no va a buscar a los ociosos, a los vagos que no tienen en qué emplear su tiempo, sino que busca a gente trabajadora y ocupada. Lo decimos porque muchos nos excusamos con la falta de tiempo, lo que no siempre es cierto; es simplemente cuestión de prioridades. Si todos los días tienes que ver por lo menos 5 horas de televisión, será muy difícil que encuentres tiempo para otra cosa. Lo más probable es que hayas caído atrapado en una obsesión de la que –contrariamente a lo que tendemos a creer- es muy fácil librarse. Solo hay que tomar una decisión –hoy, ahora, en el acto- y observarla inflexiblemente los primeros días, luego veras como poco a poco todo se va tornando más fácil. No le des tregua; no lo dejes para mañana. ¡Hazlo ya! Los primeros días son los más difíciles, en todo. Pero como muy bien se dice y es cierto, todo está en empezar y luego, sostener. Un secreto es orar mucho, sobre todo a la Virgen María. Ella intercederá ante el Señor y te concederá esta Gracia. Si puedes rezar el Rosario, cuanto mejor. Verás cómo en poco tiempo –menos de lo que esperabas-, puedes dejar cualquier mal hábito y cualquier vicio. ¡Hazme caso! ¡Créeme, por favor! Perdóname, pero para eso la Virgen María es campeona. Encontrarás sin número de testimonios en Internet, con personas de carne y hueso que lo podemos atestiguar. Así que lo primero es estar dispuesto a seguir al Señor y atender Su llamado. Él tiene formas de convocarte. No esperes tanta explicación. Cuando se trata del Señor, sobran las palabras. ¡Seamos desprendidos! ¡Hagámonos disponibles! Si dejas de ver este capítulo de tu novela favorita o si dejas de verla toda, verás como no pasa nada. Lo mismo ocurrirá si dejas de ver las noticias o los informes deportivos. Llena tu mente, tu corazón y tu espíritu de Dios y verás qué distintos serán tus días. «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena Nueva.»
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