Es difícil no coincidir con la indignación que lleva a muchos hombres y mujeres a plegarse al movimiento Ni Una Menos. No podemos asistir indiferentes a los abusos y maltratos que se producen a diario en que individuos desadaptados, violentos y abusivos golpean a mujeres y niños sin piedad hasta causarles graves lesiones e incluso la muerte. Tampoco podemos tolerar que uno o más individuos agredan sexualmente a mujeres, muchas veces menores de edad, sin que las autoridades tomen las medidas que corresponden.
Ni Una Menos movimiento contra la violencia machista
Como si fuera poco el vejamen que sufren estas víctimas de la violencia, pésimas autoridades, amparadas en leyes obsoletas y en un pésimo Sistema Judicial, exculpan con una facilidad asombrosa que linda con la complicidad a estos vándalos, exponiendo nuevamente a sus víctimas, sin que estas encuentren amparo alguno en quienes debían protegerlas. Si no fuera por algunos sectores de la prensa, y la indignada colectividad todos estos delincuentes seguirían libres.
«José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Texto del evangelio Mt 1,1-16.18-23 – está esperando por obra del Espíritu Santo
01. Documento de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abraham. 02. Abraham fue padre de Isaac, y éste de Jacob. Jacob fue padre de Judá y de sus hermanos. 03. De la unión de Judá y de Tamar nacieron Farés y Zera. Farés fue padre de Esrón y Esrón de Aram. 04. Aram fue padre de Aminadab, éste de Naasón y Naasón de Salmón. 05. Salmón fue padre de Booz y Rahab su madre. Booz fue padre de Obed y Rut su madre. Obed fue padre de Jesé. 06. Jesé fue padre del rey David. David fue padre de Salomón y su madre la que había sido la esposa de Urías. 07. Salomón fue padre de Roboam, que fue padre de Abías. Luego vienen los reyes Asá, 08. Josafat, Joram, Ocías, 09. Joatán, Ajaz, Ezequías, 10. Manasés, Amón y Josías. 11. Josías fue padre de Jeconías y de sus hermanos, en tiempos de la deportación a Babilonia. 12. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel y éste de Zorobabel. 13. Zorobabel fue padre de Abiud, Abiud de Eliacim y Eliacim de Azor. 14. Azor fue padre de Sadoc, Sadoc de Aquim y éste de Eliud. 15. Eliud fue padre de Eleazar, Eleazar de Matán y éste de Jacob. 16. Jacob fue padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. 18. Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. 19. Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla. 20. Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, 21. tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». 22. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: 23. La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros.
Reflexión: Mt 1,1-16.18-23
Mateo 1,1-16.18-23 está esperando por obra del Espíritu Santo
Hoy la Iglesia celebra un gran acontecimiento. Con mucha sencillez y modestia, como la que caracterizó toda su vida, hoy recordamos el nacimiento de la creatura más excelsa, escogida entre todo el género humano, nos referimos a la Inmaculada siempre Santa Virgen María, Madre de Jesús y Madre nuestra.
Jamás llegaremos a comprender este misterio, por el cual Dios Padre quiso que Su Hijo Jesucristo naciera entre nosotros, como cualquier mortal, para lo cual Él se escogió el Santuario de la Virgen María. ¿Qué mayor honor podría tener ser humano alguno? Por eso serás siempre venerada Santa Madre de Dios.
Para Dios cualquier cosa es posible y pudo hacer que el Señor apareciera de pronto de cualquier modo inimaginable. Pero quiso Dios distinguir en grado sumo la maternidad y escogió para ello desde la eternidad a una mujer humilde, sencilla, pura y sin mancha, para que fuera el Sagrario de la Palabra encarnada, Jesucristo.
«José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».