¿Será que hay que ser mentiroso para ser presidente del Perú?
Pedro Pablo Kuczynski no mientas
Nos resistimos a creer que Pedro Pablo Kuczynski sea un mentiroso más como tantos que nos engañaron en las últimas décadas tan solo para acceder al poder. Señor Kuczynski puede que no le interese, pero nosotros, como muchos otros peruanos creímos en usted y por eso le dimos nuestro voto. No es posible que no habiendo cumplido dos meses de gobierno ya este desistiendo de sus promesas.
¿Es que cree que puede usarnos y luego tirarnos a la basura? ¿Qué le está pasando señor Kuczynski? Queremos creer que se trata de un mal entendido y que se rectificará. Estamos esperando que lo haga muy pronto, porque ya se han burlado bastante de nosotros para tener que soportar a un nuevo cínico inmoral en palacio.
«Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Texto del evangelio Jn 19,25-27 – Aquí tienes a tu madre
25. Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. 26. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». 27. Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Reflexión: Jn 19,25-27
Juan 19,25-27 Aquí tienes a tu madre
Para nosotros, los seguidores de Cristo, estas palabras tienen un especial significado, porque habiendo reconocido que Jesucristo es Hijo de Dios, por lo tanto Dios mismo, en uno de los momentos culminantes de Su Misión Salvadora, a través de Su discípulo más querido nos hace entrega nada menos que a Su Madre.
Para quien alguna vez ha amado en su vida, más aun, para quien ha tenido la Bendición de tener madre y un buen amigo, considerado como hermano, que en el momento de su muerte este decida encomendarte a su madre y viceversa, tiene que constituir un acto cuya trascendencia marcará significativamente nuestras vidas.
La madre, que nos dio a luz, que por lo tanto nos trajo al mundo es, ha sido y será por siempre digna de un amor especial, ocupando un lugar preferencial en nuestros corazones. Para quien, como Jesús, toma muy en serio estas relaciones, destacando su aspecto trascendente, estas palabras cobran un sentido que va más allá de cuanto podemos imaginar y racionalizar.
«Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.