Reconciliarte

Vete primero a reconciliarte con tu hermano

Oremos:

Padre Santo, danos el coraje, la fortaleza la humildad y la decisión de salir al encuentro de nuestros hermanos, primereándolos, tomando la iniciativa, dando, amando, perdonando…Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.

Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.

(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

lucas-05-17-26-2016-12-05
Vete primero a reconciliarte con tu hermano

Lucas 5,17-26 – vete primero a reconciliarte con tu hermano

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Lucas 5,17-26 – vete primero a reconciliarte con tu hermano

Vete primero a reconciliarte con tu hermano

Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.

Texto del evangelio Lc 5,17-26

17. «No piensen que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
18. Sí, les aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.
19. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.
20. «Porque les digo que, si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
21. «Han oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal.
22. Pues yo les digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano «imbécil», será reo ante el Sanedrín; y el que le llame «renegado», será reo de la gehenna de fuego.
23. Si, pues, al presentar tú ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti,
24. deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
25. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

Reflexión: Lc 5,17-26

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Lucas 5,17-26 – vete primero a reconciliarte con tu hermano

En la vida cotidiana, nos cuesta mucho comprender aquello de consolar, antes que ser consolado, comprender antes que ser comprendido, perdonar antes que ser perdonado, amar antes que ser amado. Por lo general siempre nos ponemos en primer lugar.

Queremos que los otros muestren gratitud, cortesía, bondad, amabilidad, alegría y cariño. Pero ¿qué hay de nosotros? Somos pasivos, cómodos. Queremos que los demás den el primer paso. En el fondo, somos soberbios. No queremos humillarnos ante nadie y menos ante quien para nosotros no tiene la razón.

No nos damos cuenta que si obramos de este modo, no hacemos nada extraordinario. Todo el mundo obra del mismo modo. Pero a nosotros el Señor nos pide dar un paso más; caminar la milla adicional. Saludar a los que no conocemos, e incluso a nuestros enemigos, orando por ellos.

Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.

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Mateo – Capítulo 05

Mateo – Capítulo 05

1.Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.
2.Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
3.«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
4.Bienaventurados los mansos , porque ellos posseerán en herencia la tierra.
5.Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
6.Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
7.Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8.Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
9.Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10.Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
11.Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
12.Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
13. «Ustedes son la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
14. «Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.
15. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa.
16. Brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.
17. «No piensen que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
18. Sí, les aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.
19. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.
20. «Porque les digo que, si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
21. «Han oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal.
22. Pues yo les digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano “imbécil”, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado”, será reo de la gehenna de fuego.
23. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti,
24. deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
25. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.
27. «Han oído que se dijo: No cometerás adulterio.
28. Pues yo les digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
29. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.
30. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.
31. «También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio.
32. Pues yo les digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.
33. «Han oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos.
34. Pues yo digo que no juren en modo alguno: ni por el Cielo , porque es el trono de Dios,
35. ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén , porque es la ciudad del gran rey.
36. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro.
37. Sea su lenguaje: “Sí, sí”; “no, no”: que lo que pasa de aquí viene del Maligno.
38. «Han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
39. Pues yo les digo: no resistan al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra:
40. al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto;
41. y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.
42. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
43. «Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
44. Pues yo les digo: Amen a sus enemigos y rueguen por los que los persigan,
45. para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
46. Porque si aman a los que les aman, ¿qué recompensa van a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?
47. Y si no saludan más que a sus hermanos, ¿qué hacen de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?
48. Ustedes, pues, sean perfectos como es perfecto su Padre celestial.

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