La seductora Nueva Era

La Nueva Era no tan nueva como peligrosa

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La Nueva Era

¿Cuál es el problema de la Nueva Era o New Age? Tiene todos los ingredientes para ser atractiva, empaquetados en un nuevo envase. Es verdad que sus promotores ya no son tan jóvenes, pero ciertamente siguen teniendo influencia.

No pocos católicos “modernos”, atraídos precisamente por la novedad caen redondos en este movimiento. No siendo una religión, ni una filosofía en realidad es heredera del gnosticismo, que se opone a la filosofía y fe cristiana. Se pretende que el perfeccionamiento puede alcanzarse por un conocimiento que hay que encontrar y al que pocos tienen acceso.

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Sabiduría

la Sabiduría se ha acreditado

Oremos:

Padre Santo, danos sensatez y humildad para confiar ciegamente en Tu Infinita Sabiduría. No permitas que nos dejemos engañar por los falsos profetas que hoy abundan y están al acecho de los más débiles, para seducirnos…Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.

Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.

(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

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la Sabiduría se ha acreditado

Mateo 11,16-19 – la Sabiduría se ha acreditado

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Mateo 11,16-19 – la Sabiduría se ha acreditado

La Sabiduría se ha acreditado

Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Ahí tienen un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.» Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras.»

Texto del evangelio Mt 11,16-19

16. «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo:
17. «Les hemos tocado la flauta, y no han bailado, les hemos entonado endechas, y no se han lamentado.»
18. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: «Demonio tiene.»
19. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Ahí tienen un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.» Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras.»

Reflexión: Mt 11,16-19

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Mateo 11,16-19 la Sabiduría se ha acreditado

Podríamos referirnos a este texto como: no hay peor sordo que el que no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver. Y es que, cuando nos cerramos a nuestras propias ideas, por lo general no dejamos que nadie las cambie. Nos cuesta admitir nuestros errores.

Muchos empezamos afirmando que “modestamente” pensamos u opinamos tal cosa. Aquello de “modestamente” es tan solo una muletilla, porque no hay tal modestia. Lo que ocurre es que tenemos una idea que no estamos dispuestos a cambiar.

Así, no importa quién y cómo intente explicarnos algo. Una vez que asumimos una posición, difícilmente tranzamos para cambiarla. ¿Por qué? En el fondo es capricho, soberbia y orgullo. Nos ha costado llegar a esta convicción y no nos interesa tirar este esfuerzo por la borda. Nos sentimos cómodos. Mantenemos cierta coherencia.

Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Ahí tienen un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.» Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras.».

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Mateo – Capítulo 09 – tu fe te ha salvado

Mateo – Capítulo 09 – tu fe te ha salvado

1. Subiendo a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad.
2. En esto le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: «¡ Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados.»
3. Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí: «Este está blasfemando.»
4. Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: «¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir:
5. ”Levántate y anda”?
6. Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados – dice entonces al paralítico -: “Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.»
7. El se levantó y se fue a su casa.
8. Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.
9. Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» El se levantó y le siguió.
10. Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos.
11. Al verlo los fariseos decían a los discípulos: «¿Por qué come su maestro con los publicanos y pecadores?»
12. Mas él, al oírlo, dijo: «No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal.
13. Vayan, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»
14. Entonces se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?»
15. Jesús les dijo: «Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán.
16. Nadie echa un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, porque lo añadido tira del vestido, y se produce un desgarrón peor.
17. Ni tampoco se echa vino nuevo en pellejos viejos; pues de otro modo, los pellejos revientan, el vino se derrama, y los pellejos se echan a perder; sino que el vino nuevo se echa en pellejos nuevos, y así ambos se conservan.»
18. Así les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá.»
19. Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos.
20. En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto.
21. Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré.»
22. Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado.» Y se salvó la mujer desde aquel momento.
23. Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando,
24. decía: «¡Retírense! La muchacha no ha muerto; está dormida.» Y se burlaban de él.
25. Mas, echada fuera la gente, entró él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó.
26. Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.
27. Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!»
28. Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creen que puedo hacer eso?» Dícenle: «Sí, Señor.»
29. Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en ustedes según su fe.»
30. Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Miren que nadie lo sepa!»
31. Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.
32. Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado.
33. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel.»
34. Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios.»
35. Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia.
36. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor.
37. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos.
38. Rueguen, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.»

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