En el Evangelio de Lucas 19,11-28 el Señor nos invita a reflexionar en la necesidad que tenemos de esforzarnos por servir dando todo lo que podemos, empleándonos a fondo en cuanto nos toque hacer, para mayor Gloria de Dios.
La salvación solo viene de nuestro Señor Jesucristo. No es el resultado denuestro esfuerzo, sino Gracia que debemos pedir y que Dios concede a quienes la buscan humildemente y se esfuerzan por encontrarla.
Como toda Gracia, exige compromiso y desprendimiento de nuestra parte, para compartir solidariamente aquello que tenemos con nuestros hermanos.
Qué difícil se le hace al hombre caminar sin ver. Eso es algo que los ciegos comprenden en carne propia mejor que nadie, tal como nos lo recuerda el Evangelio de Lucas 18,35-43. Por eso, quien vive esta desgracia por alguna razón en la vida, no puede tener mejor anhelo que el que declara el ciego de Jericó: Señor, que vea.
En el Evangelio de Lucas 18,1-8 El Señor nos invita a orar siempre, lo que luego de reflexionar profundamente inspirados en Su Palabra y guiados por el Espíritu Santo, ha de significar en nuestras vidas algo tan importante o más que el oxígeno que inhalamos cada vez que respiramos.
En el Evangelio de hoy, tomado de Lucas 17,26-37 el Señor no invita a prestar atención a los signos de los tiempos para poder preveer con anticipación la estrategia a seguir cuando llegue el momento de enfrentar al enemigo. No podemos permanecer impasibles y quietos cuando vemos que ocurren tantas cosas a nuestro alrededor. No seamos indiferentes. No busquemos la solución en otro lado, cuando es posible que estemos precisamente allí porque somos nosotros la solución. Impliquémonos!
El Señor nos revela en el Evangelio de Lucas 17,20-25 que el Reino de Dios está entre nosotros y por lo tanto no debemos ir a buscarlo cuando oigamos voces que nos dicen que está aquí o allá. Hemos de reflexionar en estas palabras que nos deben llevar a asumir una forma de proceder y actuar entre nosotros, dado que es precisamente allí que se encuentra el Reino. El desafío para alcanzarlo está más próximo de lo que pensamos y tiene que ver sobre todo con quienes tratamos cotidianamente.
Agradezcamos a Dios es la reflexión que hoy nos trae el Evangelio de Lucas 17,11-19 tomando conciencia de todo lo que hemos recibido de Sus Benditas Manos en abundancia. Debemos partir por reconocer que no seríamos nada, ni si quiera existiríamos, si no fuera por Su Santísima Voluntad. Ello nos debe llevar a la conclusión que Dios solo pudo crearnos por amor y siendo así, lo más importante sería confiar en Él, discernir Su Voluntad para nuestras vidas -el propósito de nuestra existencia-, para cumplirla.
El Señor nos recuerda en el Evangelio de hoy Lucas 17,7-10 que nuestra actitud en la vida ha de ser la del siervo inútil que hace lo que tiene que hacer. Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, no es algo que debemos hacer para recibir un reconocimiento, sino nuestro deber. Ese es el Camino a la Vida Eterna, tal como nos lo enseña Jesús. Por lo tanto,lo sensato es que hagamos lo que Dios nos manda. Sería de necios pretender tomar otro camino.