Lucas 6,6-11 – Extiende tu mano

Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: Extiende tu mano. El la extendió y su mano quedó curada.

Texto del evangelio Lc 6,6-11 – Extiende tu mano

06. Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
07. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.
08. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos». el se levantó y permaneció de pie.
09. Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?».
10. Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: Extiende tu mano. El la extendió y su mano quedó curada.
11. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.

Reflexión: Lc 6,6-11

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Lucas 6,6-11 Extiende tu mano

No es infrecuente que debamos adoptar actitudes valientes como la que en este caso nos muestra Jesús. Nos cruzamos con personas agresivas, déspotas, abusivas y prepotentes, que quieren imponer sus ideas por la fuerza, especialmente a los más vulnerables e indefensos.

Resulta paradójico que en estos tiempos de derechos humanos y avances científicos, en los que se habla del respeto a los derechos de las minorías, sean estas minorías precisamente las que arremeten con furia contra los que no comparten su ideología.

Favoreciendo a los grandes capitales que buscan incrementar sus ganancias y resolver sus problemas de rentabilidad a través del consumo ilimitado de productos cada vez más diversos, que fomentan un estilo de vida consumista, estas minorías sostienen ideas que pretenden homogenizar a todos los seres humanos, convirtiéndolos en entidades irreflexivas que solo buscan la felicidad en productos de consumo siempre nuevos (físicos o ideológicos), que ofrecen por momentos convertirse en la panacea que pondrá fin a todas sus inquietudes, los que siempre son sustituidas por un producto superior, que a su vez es descartado por otra, y así hasta dejarnos exhaustos y vacíos.

Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: Extiende tu mano. El la extendió y su mano quedó curada.

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Lucas 14,25-33 – renuncie a todo lo que posee

De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Texto del evangelio Lc 14,25-33 – renuncie a todo lo que posee

25. Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
26. «Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
27. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
28. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
29. No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo:
30. «Este comenzó a edificar y no pudo terminar».
31. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
32. Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz
33. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Reflexión: Lc 14,25-33

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Lucas 14,25-33 renuncie a todo lo que posee

El Señor es exigente. No se anda con rodeos y es que Él sabe muy bien lo que está en juego. No es solo que dará Su propia Vida por nuestra Salvación, sino que es esta Vida Eterna nuestra la que está en peligro. Dios Padre le ha encomendado la Misión de Salvarnos a todos y esto es en lo que se encuentra empeñado.

Como si la cosa no fuera con nosotros, como si no tuviera que ver con lo más crucial en nuestras vidas, nosotros muchas veces no le hacemos ni caso. O, en el mejor de los casos, le prestamos atención por algunos minutos a la semana y luego seguimos con lo nuestro.

Esto es lo más grave. No hemos llegado a captar la urgencia del llamado de Jesús. Las palabras han perdido su significado. Las oímos una y otra vez y ni nos inmutamos. ¿Cómo sentiríamos si de pronto viene un amigo y nos dice, oye hemos descubierto que tienes una enfermedad terminal y morirás esta tarde, a no ser que alguien te de su corazón?

De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

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Lucas 6,1-5 – dueño del sábado

Después les dijo: «El hijo del hombre es dueño del sábado».

Texto del evangelio Lc 6,1-5 – dueño del sábado

01. Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
02. Algunos fariseos les dijeron: «¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?».
03. Jesús les respondió: «¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
04. cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?».
05. Después les dijo: «El hijo del hombre es dueño del sábado».

Reflexión: Lc 6,1-5

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Lucas 6,1-5 – dueño del sábado

Debía darnos vergüenza andar con tantas mezquindades con el Señor. Recortándole siempre el tiempo que nos pide. Dándole lo que nos sobra, como si le hiciéramos un favor. ¡Nunca tenemos tiempo para Él! Y sin embargo todo lo que nos pide en por nuestro bien, para nuestra salvación.

¡Qué equivocados estamos! “Sacrificamos” parte de nuestro tiempo, aquel que tendríamos que estar dedicando a nuestra distracción o descanso, para dedicarlo al Señor. Al menos eso es lo que nos decimos y llegamos a creer.

Pero no se necesita pensar mucho para caer en la cuenta que quien en realidad necesita de Dios somos nosotros. Jesucristo no se sacrifica y da su vida porque nos necesita; lo hace porque nos ama. Y nos ama, porque Dios Padre nos amó primero. Somos nosotros lo que necesitamos de Dios.

Después les dijo: «El hijo del hombre es dueño del sábado».

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Lucas 5,33-39 – vino nuevo

Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor».

Texto del evangelio Lc 5,33-39 – vino nuevo

33. Luego le dijeron: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben».
34. Jesús les contestó: «¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos?
35. Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar».
36. Les hizo además esta comparación: «Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo.
37. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más.
38. ¡A vino nuevo, odres nuevos!
39. Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor».

Reflexión: Lc 5,33-39

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Lucas 5,33-39 vino nuevo

El Señor ha venido a traernos un “vino nuevo”. En realidad Él es el vino nuevo. Para recibirlo adecuadamente tenemos que prepararnos interiormente. Ser las vasijas que pueden contenerlo. No podemos pretender recibirlo sin cambiar.

Se llega a ser verdaderamente cristianos, por el encuentro personal que tenemos con Cristo. Es preciso este encuentro, de otro modo no pasará de ser un dato histórico, una tradición, o una costumbre como hay tantas, que repetimos de memoria sin comprender.

El Señor quiere entrar y transformar la vida de cada uno de nosotros, pero no lo hará si no se lo permitimos. Algunos de nosotros hemos tenido la Gracia de participar en algún encuentro propiciado por alguna comunidad cristiana y podemos dar fe de este encuentro extraordinario.

Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor».

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Lucas 5,1-11 – Navega mar adentro, y echen las redes

Simón: Navega mar adentro, y echen las redes. Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes».

Texto del evangelio Lc 5,1-11 – Navega mar adentro, y echen las redes

01. En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
02. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes.
03. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
04. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes».
05. Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes».
06. Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.
07. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. 08. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador».
09. El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido;
10. y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres».
11. Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.

Reflexión: Lc 5,1-11

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Lucas 5,1-11 Navega mar adentro, y echen las redes

El Señor sabe lo que dice. Sabe lo que debemos hacer. Nosotros tenemos que prestarle oídos y hacer lo que nos dice. Eso es lo más sensato. Claro, para eso se necesita fe.

La fe que quiere inspirar en nosotros Jesús va mucho más allá de la confesión de palabra, proferida por nuestros labios, que muchas veces solemos hacer. Nuestra fe tiene que traducirse en acción, sino de nada sirve.

Es nuestra vida la que debe hablar de aquello en lo que creemos y de hecho lo hace. Si prestamos atención, la vida de cada uno de nosotros es un libro abierto en el que manifiestan nuestra fe. Son las actividades que completan nuestro calendario, las personas con las que tratamos y las palabras que pronunciamos, una radiografía de nuestra fe.

Simón: Navega mar adentro, y echen las redes. Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes».

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Lucas 4,38-44 – querían retenerlo para que no se alejara de ellos

La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado».

Texto del evangelio Lc 4,38-44 – querían retenerlo para que no se alejara de ellos

38. Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella.
39. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
40. Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.
41. De muchos salían demonios, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
42. Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
43. Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado».
44. Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.

Reflexión: Lc 4,38-44

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Lucas 4,38-44 querían retenerlo para que no se alejara de ellos

Jesucristo es un Don Divino, es un Don de Dios. Es la Misericordia encarnada. Enviado por Dios Padre para Salvarnos. Lo hará, ejerciendo sobre todo aquel que lo busca una atracción a la que difícilmente podrá resistirse.

Es que Jesús está con cada uno de nosotros, involucrándose y tomando como suyos cada uno de nuestros problemas y enfermedades. Todo aquello que nos perturba es sanado, sin condiciones.

Nada resiste a Su poder, porque es el Hijo de Dios, tal como gritan los demonios. Es curioso que hasta ellos crean y muchos de nosotros nos resistamos a hacerlo. Pero es preciso que nosotros por nuestros propios medios lo confesemos; por eso Jesucristo increpa a los demonios a que no lo revelen.

La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado».

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Mateo 13,31-35 – anunciaré cosas que estaban ocultas

…no les hablaba sin parábolas, para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: Hablaré en parábolas, anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo.

Texto del evangelio Mt 13,31-35 – anunciaré cosas que estaban ocultas

31. También les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.
32. En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas».
33. Después les dijo esta otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa».
34. Todo esto lo decía Jesús a la muchedumbre por medio de parábolas, y no les hablaba sin parábolas,
35. para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: Hablaré en parábolas, anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo.

Reflexión: Mt 13,31-35

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Mateo 13,31-35 anunciaré cosas que estaban ocultas

Tanto para quien sigue a Jesús, como para quien se aproxima por primera vez, este pasaje no puede dejar de ser verdaderamente cautivante.

El anuncio que nos hace Jesús es como para no dejar de leer ni uno solo de los versículos del Evangelio. Estamos seguros que podemos decir a nombre de todos, que el Señor devuelve con creces la atención prestada.

Cierto es que los Evangelios no pueden ser leídos como una novela. Igualmente, que cada vez que los leemos nos enriquecen más y de un modo distinto. Son como un manantial de agua fresca y siempre nueva.

…no les hablaba sin parábolas, para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: Hablaré en parábolas, anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo.

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Marcos 6,17-29 – le cortó la cabeza

El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.

Texto del evangelio Mc 6,17-29 – le cortó la cabeza

17. En efecto, Herodes había mandado apresar a Juan y lo había encadenado en la cárcel por el asunto de Herodías, mujer de su hermano Filipo, con la que se había casado.
18. Pues Juan le decía: «No te está permitido tener a la mujer de tu hermano.»
19. Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía,
20. porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía.
21. Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea.
22. La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras y te lo daré».
23. Y le aseguró bajo juramento: «Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».
24. Ella fue a preguntar a su madre: «¿Qué debo pedirle?». «La cabeza de Juan el Bautista», respondió esta.
25. La joven volvió rápidamente a donde estaba el rey y le hizo este pedido: «Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».
26. El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla.
27. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan.
28. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
29. Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

Reflexión: Mc 6,17-29

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Marcos 6,17-29 le cortó la cabeza

Este pasaje nos recuerda lo fatuos y necios que solemos ser. No nos importa la verdad o lo que es correcto. Solo nos interesa lo que hemos dicho y sostenemos. Con tal de no mellar nuestra imagen vamos hasta las últimas consecuencias, por más descabelladas que sean.

Es así que se produce el absurdo asesinato de San Juan Bautista. Herodes ya había dado su palabra y con tal de mostrarse fuerte, inflexible y de palabra, prefirió hacer ejecutar a Juan.

Perdemos la proporción de las cosas y como la decisión no nos afecta directamente, sino a unos desconocidos, extraños y pobres infelices, que además no tiene cómo hacer oír sus voces de protesta, seguimos con nuestro capricho hasta el fin. Todo por nuestro prestigio o nuestra conveniencia.

El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.

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