El Señor nos recuerda que saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo y sin embargo somos duros para reconocer lo objetivo, concreto y verdadero. De acuerdo al Evangelio de Lucas 12,54-59 cínica o hipócritamente callamos o nos hacemos los desentendidos cuando no nos gusta o no encaja con nuestra percepción lo que vemos. Nos negamos a reconocerlo.
El Evangelio de Lucas 12,49-53 es posiblemente uno de los eufóricos y emotivos de Jesús, en que nos expresa con toda la energía posible, su gran deseo que recibamos el fuego que Él ha venido a transmitirnos y lo hagamos nuestro, transmitiéndolo a los demás y convirtiendo este mundo en una gran hoguera. ¡Cómo desearía que ya estuviera ardiendo !
En el Evangelio de Lucas 10,1-9 el Señor nos manda a Evangelizar, a llevar la Buena Nueva y la Paz que esta debe traer a los corazones que así lo quieren. Nos envía como ovejas entre lobos a anunciare que el Reino de Dios está cerca, llevando la paz a quienes nos reciban y dejando constancia del anuncio a quienes no quieran recibirnos.
Jesucristo en el Evangelio de Lucas 11,37-41 nos pide: veámonos por dentro y ocupémonos de este aspecto de nuestras vidas, más que de las apariencias y toda formalidad externa. Debemos ser coherentes dando importancia a lo que en realidad puede conducirnos a la Vida Eterna.
Hoy, en el evangelio de Lucas 11,29-32 el Señor nos invita a reflexionar en torno a quién es en realidad Él, pues aquí hay algo más que Jonás, Jesucristo, de quien hemos recibido todas las señales que serían necesarias para creer y sin embargo nos resistimos a hacerlo, a pesar que con lo que tenemos muchos estarían más que contentos. Ellos nos juzgarán.
En el Evangelio de Mateo 22,1-14 el Señor nos llama a reflexionar en la invitación que todos hemos recibido a participar en el Reino de los Cielos, como la Boda, la mayor fiesta de nuestras vidas, a la que somos libres de asistir. Sin embargo rechazar esta invitación constituye una insensatez cuyas consecuencias habremos de lamentar. Muchos son llamados mas pocos escogidos.
En esta reflexión del Evangelio de Lucas 11,27-28 el Señor destaca de modo muy singular aquello que debe ser importante para nosotros, sus seguidores: Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen, es decir, la ponen en práctica en la vida cotidiana.
Reflexión del Evangelio de Lucas 11,15-26 en que el Señor desenmascara nuestras verdaderas razones para no aceptarlo, para ocultarlo y sostener engañosa y convenientemente una confusión inexistente. El que no recoge conmigo, desparrama, sentencia.