Señor, bendice mis manos para que sepan acariciar sin aprisionar; para que sepan recibir sin poseer, y sostener sin condicionar dar sin calcular Bendice mis ojos para que vean detrás de la superficie; para que no se cierren por el miedo, pero nunca miren con ira; para que todos se sientan seguros por mi modo de mirarles.
Él les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado.
Texto del evangelio Lucas 13,21-31 – expulso a los demonios
31. En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: «Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte». 32. Él les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. 33. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén. 34. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! 35. Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el viene en nombre del Señor!».
Reflexión: Lucas 13,21-31
Lucas 13,31-35 expulso a los demonios
En muchas ocasiones podemos observar cómo el Señor está en un nivel y habla en una cadencia, y nosotros, los fariseos e incluso los apóstoles estamos en otra sintonía. Tenemos anteojeras. No logramos comprenderlo.
Vemos aquí cómo los Fariseos vienen con la pretensión de meterle miedo a Jesús. Más de uno imaginó seguramente que el Señor les agradecería su “complicidad” y se pondría a buen recaudo. Y es que hasta este momento ellos, como muchos de nosotros, no hemos entendido quién es Jesús.
Su respuesta es muy sutil, pero no deja lugar a dudas a quien se esfuerza un poco por entender. ¡Vana pretensión querer atemorizar a Jesús! Es como para reírse. Como el chiste aquel de las hormigas que quieren ahorcar a un elefante, con el respeto que el Señor nos merece.
Él les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado.