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Lucas 11,14-23 – desparrama

desparrama

El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.

Jueves de la 3ra semana de Cuaresma | 24 de Marzo del 2022 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

desparrama

La sentencia que da Jesús a quien no trabaja en el mismo sentido que Él, es drástica y coherente. El Señor no se anda en medias tintas. Su llamada es exigente, porque exigente es la situación que viven nuestros hermanos.

El Señor ha dado Su vida por salvar a la humanidad entera. Hay que lograrlo de modo urgente. Porque Jesucristo no quiere que ni uno solo se pierda. Alcanzar este propósito demandó su vida, como posiblemente demande las nuestras.

Hay muchas situaciones que se presentan una vez en la vida. Ninguno de nosotros está seguro si mañana seguirá en este mundo. Un tropezón, un infarto, un accidente o un asalto podrían acabar con nosotros.

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Lucas 11,15-26 – el que no recoge conmigo desparrama

el que no recoge conmigo desparrama

El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: «Volveré a la casa de donde salí.»

Viernes de la 27ma semana del T. Ordinario| 08 de Octubre del 2021 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

el que no recoge conmigo desparrama

El Señor es suficientemente claro con nosotros, para que no tengamos dudas de la posición cristiana en general. La Verdad es una sola es única. Por lo tanto, no caben dudas ni medias tintas. O estamos con Él o estamos contra Él. Esa es una regla general.

Y esto debemos tenerlo en cuenta mucho más en estos tiempos en que predomina y se pretende imponer el relativismo. Decir que todo da lo mismo y que debemos ser tolerantes, como si diera lo mismo verdad y mentira. Y algunos pretenden zanjar una discusión concluyendo en que cada quien tiene derecho a tener “su verdad”.

Con mucha naturalidad se pregunta ¿cuál es tu verdad? O, queremos escuchar tú verdad. Como si la verdad pudiera variar según el sujeto o el punto de vista década quien. Esto, qué duda cabe, es obra del Demonio, que busca dividirnos y, sobre todo, atraernos en contra de Dios.

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Marcos 9,14-29 – ayúdame porque tengo poca fe

Texto del evangelio Mc 9,14-29 – ayúdame porque tengo poca fe

14. Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, los encontraron en medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas.
15. En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a saludarlo.
16. Él les preguntó: «¿Sobre qué estaban discutiendo?».
17. Uno de ellos le dijo: «Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo.
18. Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus discípulos que lo expulsaran pero no pudieron».
19. «Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo».
20. Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca.
21. Jesús le preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que está así?». «Desde la infancia, le respondió,
22. y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos».
23. «¡Si puedes…!», respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree».
24. Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame porque tengo poca fe ».
25. Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más».
26. El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: «Está muerto».
27. Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie.
28. Cuando entró a la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?».
29. El les respondió: «Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración».

Reflexión: Mc 9,14-29

Leyendo y releyendo este texto extraemos muy rápidamente cuatro ideas muy nítidas para nuestra reflexión: la falta de fe, nada hay imposible para el que cree, la pérdida de paciencia de Jesús y la oración como la fórmula para expulsar al demonio. Veamos en primer lugar al reto al que se enfrentan los discípulos, y al que muchas veces nos estamos enfrentando nosotros. ¿Acaso no es cierto que muchas veces queremos resolver algunos asuntos graves al mismo estilo de Jesús, mediante un milagro? ¿Cuántas veces tenemos que abandonar el intento derrotados y desanimados por el fracaso? En esta misma ridícula y vergonzosa situación encontramos hoy a los discípulos de Jesús. Podemos imaginarlos, rodeados de gente y tratando de curar como Jesús, sin ningún resultado. Si habían curado y resuelto otros caso, no lo sabemos a ciencia cierta, pero es posible, porque de otro modo no lo hubieran intentado con este y no se estarían preguntando el porqué de su fracaso. Esto nos lleva a pensar que hay una gradualidad en la fe, que nunca la alcanzaremos en su plenitud, pero que no por eso debemos dejar de ejercerla, como lo hacen los discípulos. No podemos sentarnos a esperar a que esta crezca lo suficiente para entonces dejarnos guiar por ella. Es preciso ponernos a actuar inmediatamente, teniendo en cuenta que “todo es posible para el que cree”, tal como nos lo dice el Señor. «¡Si puedes…!», respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree». Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame porque tengo poca fe ».

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