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Juan 14,27-31a – cuando suceda crean

Texto del evangelio Jn 14,27-31a – cuando suceda crean

27. Les dejo la paz, mi paz les doy; no se las la doy como la da el mundo. No se turbe su corazón ni se acobarde.
28. Han oído que les he dicho: «Me voy y volveré a ustedes.» Si me amaran, se alegrarían de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
29. Y se los digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean.
30. Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder;
31. pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado.

Reflexión: Jn 14,27-31a

Es muy importante esforzarnos por adoptar la visión de Jesús a fin de entender su mensaje. Sin esta particular perspectiva o no lo entendemos o nos parece enredado. Pero requiere nutrirse permanentemente de la Palabra del Señor para afinar nuestro oído, nuestro corazón, nuestras entendederas y ponernos en sintonía con Su Plan de Salvación. No es cuestión de coger la Biblia una vez al año con la pretensión de leerlo como quien lee un diario o las reflexiones de un perfecto desconocido. Vamos, directo a Su pasión y muerte o a Sus milagros; no. Así no se puede leer ni conocer al Señor. Todo lo que dice Jesucristo lo hace en un contexto muy especial, único, en el que incluso cada uno de nosotros formamos parte de este, pero solo si tenemos intimidad con Él, es decir, si recurrimos asiduamente a la lectura y reflexión de Su Palabra. De otro modo nos quedaremos en la superficie, en lo aparente, en el forro, de lo que, por cierto, algo sacaremos, más aún, si estamos en Gracia de Dios, pero repetimos, es preciso familiarizarnos con su visión y su modo tan particular de expresar el mensaje encomendado por Dios Padre para que nos aproximemos a la Verdad. Porque es de eso que nos habla Jesús. Así, detengámonos por un momento a tratar de comprender a qué viene esto de la paz con nosotros. La respuesta humanamente lógica tendría que ser: ¿Qué tienes? ¿cómo vamos a estar en paz con todo lo que nos has advertido que se viene? ¿Cómo estar en paz si en un poco más vendrán a aprehenderte y te crucificarán? Habría que ser de piedra para no sentir que el corazón se estruja y el estómago nos da tres vueltas. Si algo puede sentir quien acompaña a un sentenciado a muerte injustamente y a quien ama, es angustia, impotencia, tristeza, dolor. Y sin embargo el Señor nos da la paz y pretende que estemos en paz. Tiene que estar loco. «Me voy y volveré a ustedes.» Si me amaran, se alegrarían de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y se los digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean.

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