Archivo de la etiqueta: Jesús

Insultar es dar una bofetada al alma del hermano

El Santo Padre recuerda que los cristianos que dan un testimonio negativo hacen mucho mal a la gente

Es “herético” querer “esto o nada”, no es católico. Lo ha indicado el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en Santa Marta, centrada en el “sano realismo” que el Señor ha enseñado a sus discípulos. El Santo Padre también ha subrayado el mal que causan al pueblo de Dios los hombres de Iglesia que hacen el contrario de lo que dicen. Por eso, ha exhortado a librarse de ese idealismo rígido que no permite reconciliarnos entre nosotros.

Jesús, en el Evangelio del día, indica que “vuestra justicia debe superar la de los escribas y los fariseos”. Y a esta afirmación el papa Francisco ha hecho referencia para explicar la importancia del realismo cristiano.

Seguir leyendo Insultar es dar una bofetada al alma del hermano

(135) vistas

Imágenes Relacionadas:

Signo elocuente de Jesús en las bodas de Caná

Jesucristo transforma la Ley de Moisés en Evangelio, portador de alegría

Catequesis del Papa en la audiencia del miércoles 8 de junio de 2016

El papa Francisco ha explicado en la audiencia realizada en la Plaza de San Pedro, el pasaje de las bodas de Caná, donde Jesús cumple su primer “signo prodigioso”. Jesús se manifiesta como el esposo del Pueblo de Dios. Y este amor, es como la historia de dos enamorados. Dios y el hombres se encuentran, se buscan, se encuentra, se celebran y se aman: precisamente como el amado y la amada en el Cantar de los Cantares. Todo lo demás viene como consecuencia de esta relación.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Antes de comenzar la catequesis quisiera saludar a un grupo de parejas que celebran el 50º aniversario de matrimonio. Eso sí que es el vino bueno de la familia. El vuestro es un testimonio que tiene que aprender los recién casados y los jóvenes a quienes saludaré después. Un bonito testimonio, gracias por vuestro testimonio.

Después de haber comentado algunas parábolas de la misericordia, hoy nos detenemos en el primer milagro de Jesús, que el evangelista Juan llama ‘signos’, porque Jesús no los hizo para suscitar maravilla, sino para revelar el amor del Padre. El primero de estos signos prodigiosos es contado precisamente por Juan (2, 1-11) y se cumple en Caná de Galilea. Se trata de una especie de “puerta de ingreso”, en la que están talladas palabras y expresiones que iluminan todo el misterio de Cristo y abren el corazón de los discípulos a la fe. Veamos algunas.

Seguir leyendo Signo elocuente de Jesús en las bodas de Caná

(201) vistas

Imágenes Relacionadas:

Lucas 7,11-17 – el Señor se conmovió

Texto del evangelio Lc 7,11-17 – el Señor se conmovió

11. En seguida, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.
12. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba.
13. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores».
14. Después se acercó y tocó el féretro. Los que los llevaban se detuvieron y Jesús dijo: «Joven, yo te lo ordeno, levántate».
15. El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.
16. Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo».
17. El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

Reflexión: Lc 7,11-17

La Palabra del Señor tiene siempre el poder de atraernos y fascinarnos. No hay lectura que no toque una fibra profunda en nuestros corazones y la haga vibrar en su verdadera dimensión. Sin embargo la historia que se narra e este pasaje es sin lugar a dudas de las más extraordinaria y enternecedoras. Si hace tan solo unos días veíamos a un Jesucristo enérgico y fuerte emprenderla con dureza contra los mercaderes en el templo, hoy muestra una dulzura y una sensibilidad que no puede nada más que hacernos sentir felices y confiados de estar con Él, de que nos haya escogido, que nos haya llamado. ¡Cómo no permanecer a Su lado! Jesús es incapaz de fallarnos. Por eso, si en alguien podemos confiar es en Él. Podemos anticipar que su gran corazón jamás podrá defraudar nuestras esperanzas. Si en alguien podemos confiar más que en el Sol y las estrellas del firmamento es en Jesucristo. Él no nos dejará jamás; no pasará de largo, indiferente, insensible. Él sabe ver y comprender lo que sucede. Es así que se acerca a esta pobre viuda que lloraba la muerte de su hijo y sin mediar pedido alguno, simplemente porque pasaba por allí y vio lo que sucedía, se acercó a consolarla y acto seguido se aproximó al féretro y sin mediar palabra, volvió a la vida al joven que estaban por enterrar. ¿Por qué lo hizo? Porque se conmovió al ver el sufrimiento de aquella pobre viuda; porque es eternamente misericordioso y porque, sin lugar a dudas, es Dios. ¡Qué alegría, qué Gracia tener a Dios con nosotros! No podemos otra cosa que repetir con Santa Teresa: Quién a Dios tiene, nada la falta. Con un Dios como Jesucristo, tan sensible, tan amoroso, tan justo y bueno, ¿qué nos puede faltar? ¿No es suficiente para creerle, oírle y obedecerle? ¿A quién podremos recurrir en búsqueda de alivio y consuelo? Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores». Después se acercó y tocó el féretro. Los que los llevaban se detuvieron y Jesús dijo: «Joven, yo te lo ordeno, levántate».

Seguir leyendo Lucas 7,11-17 – el Señor se conmovió

(1049) vistas

Imágenes Relacionadas:

Lucas 15,3-7 – habrá más alegría en el cielo

Texto del evangelio Lc 15,3-7 – habrá más alegría en el cielo

03. Jesús les dijo entonces esta parábola:
04. «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?
05. Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,
06. y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: «Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido».
07. Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».

Reflexión: Lc 15,3-7

¡Qué distinta es la actitud del Señor a la nuestra! En general estamos cuidando nuestros propios pellejos y estamos tan ocupados en ello que no tenemos tiempo para levantar la vista y ver lo que sucede con nuestros hermanos. El mundo nos ha hecho consentir que primero tenemos que velar por nosotros mismos. Incluso hemos oído decir que quien no se ama a sí mismo, en primer lugar, está inhabilitado para amar a los demás. Y muchos de nosotros asentimos ante esta afirmación, como si fuera lógica y justa, aun reconociéndonos cristianos. Claro, es que las afirmaciones o creencias cristianas no sirven para la vida corriente. Vivimos como divididos, entre lo que creemos y la realidad, y así, finalmente termina imponiéndose la realidad y nos olvidamos de nuestra fe, que al final se convierte en algo amorfo e incomprensible, que guardamos para algunos pocos momentos privados, que no compartimos con nadie y que se desarrollan según nuestro buen criterio y entender, que normalmente es pobrísimo, como ha sido pobre el tiempo que hemos dedicado a la formación y consolidación de nuestros principios cristianos. Nos decimos cristianos, pero al final lo somos tanto como un pobre ancianito abandonado en un asilo puede ser hincha de un equipo de fútbol. ¿De qué le sirve, si nunca sabe cuándo juega, si nadie le informa, si no conoce a sus jugadores, no sabe cómo va en la tabla, ni cuáles son sus próximos compromisos y mucho menos va al estadio? Diríamos que fue fanático de este equipo y que es parte de su biografía, pero en realidad ello no significa nada. Así vivimos muchos nuestra fe, que tiene varios datos biográficos interesantes como la fecha de nuestro bautizo, primera comunión, confirmación y tal vez la de nuestro matrimonio. A diferencia de cualquier otra adscripción en nuestras vidas aquellas tuvieron la especial intervención del Espíritu Santo, el que está buscando hacernos conscientes de su Infinito poder, pero depende de que nosotros lo invoquemos. Hoy es el mejor momento para reflexionar qué significa Dios en nuestra vidas; qué tan relevante es; qué tan determinante en lo que somos y hacemos. Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse»

Seguir leyendo Lucas 15,3-7 – habrá más alegría en el cielo

(1593) vistas

Imágenes Relacionadas:

Marcos 12,28b-34 – No estás lejos del Reino de Dios

Texto del evangelio Mc 12,28b-34 – No estás lejos del Reino de Dios

28. Entonces se adelantó un maestro de la Ley. Había escuchado la discusión y estaba admirado de cómo Jesús les había contestado. Entonces le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?
29. Jesús le contestó: «El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es un único Señor.
30. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas.
31. Y después viene este otro: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento más importante que éstos.»
32. El maestro de la Ley le contestó: «Has hablado muy bien, Maestro; tienes razón cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él,
33. y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todas las víctimas y sacrificios.»
34. Jesús vio que ésta era respuesta sabia y le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y después de esto, nadie más se atrevió a hacerle nuevas preguntas.

Reflexión: Mc 12,28b-34

Tengamos en cuenta las palabras tan llenas de esperanza y sabiduría que Jesucristo dedica a este maestro de la ley, dejando a todos mudos y perplejos, porque no podían encontrar falta alguna en lo que había dicho y el mismísimo maestro de la ley, a quien seguramente todos respetaban, lo estaba confirmando. El Señor se refiere aquí a estos dos mandamientos como los más grandes. En otro pasaje dirá que «de estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas», es decir que todo el sentido y razón de nuestras vidas la podemos encontrar aquí. Siendo de tal importancia, no debemos dejar pasar la ocasión para meditar y reflexionar todo lo que nos sea posible en estos mandamientos, porque podemos decir que si los memorizamos y los ponemos en práctica no será necesario nada más. Por favor, midamos la amplitud y grandeza de estas afirmaciones, que están al alcance de todo aquel que quiera comprenderlas. Aquí están, si se quiere, resumidas todas las enseñanzas de Jesús, de los profetas y toda la Historia Sagrada. No es necesario agregarle una sola coma, ni tampoco quitarle nada. ¡Así de grande es Dios, que puede ser expresado en tan pocas palabras. Toda la Doctrina Cristiana, los miles y aun millones de libros que pueden haberse escrito a lo largo de la historia de la humanidad están condensados en estas palabras. Esto quiere decir que si solo pudiéramos sinceramente aprenderlas y aplicarlas en cada instante de nuestras vidas, estaríamos haciendo la Voluntad de Dios, por lo tanto, estaríamos cumpliendo con el propósito para el cual fuimos creados y alcanzaríamos las promesas de nuestro Señor Jesucristo, vale decir, la Salvación, la Felicidad y la Vida Eterna. Jesús vio que ésta era respuesta sabia y le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y después de esto, nadie más se atrevió a hacerle nuevas preguntas.

Seguir leyendo Marcos 12,28b-34 – No estás lejos del Reino de Dios

(285) vistas

Imágenes Relacionadas:

Marcos 12,18-27 – cuando resuciten de la muerte

Texto del evangelio Mc 12,18-27 – cuando resuciten de la muerte

18. Entonces se presentaron algunos saduceos. Esta gente defiende que no hay resurrección de los muertos, y por eso le preguntaron:
19. «Maestro, según la ley de Moisés, si un hombre muere antes que su esposa sin tener hijos, su hermano debe casarse con la viuda para darle un hijo, que será el heredero del difunto.
20. Pues bien, había siete hermanos: el mayor se casó y murió sin tener hijos.
21. El segundo se casó con la viuda y murió también sin dejar herederos, y así el tercero.
22. Y pasó lo mismo con los siete hermanos. Después de todos ellos murió también la mujer.
23. En el día de la resurrección, si han de resucitar, ¿de cuál de ellos será esposa? Pues los siete la tuvieron como esposa.»
24. Jesús les contestó: «Ustedes están equivocados; a lo mejor no entienden las Escrituras y tampoco el poder de Dios.
25. Pues cuando resuciten de la muerte, ya no se casarán hombres y mujeres, sino que serán en el cielo como los ángeles.
26. Y en cuanto a saber si los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el capítulo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27. Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos. Ustedes están muy equivocados.»

Reflexión: Mc 12,18-27

Hay dos aspectos sobre los que constantemente estamos especulando y que el Señor responde muy claramente en este episodio, para quien realmente presta atención y sinceramente quiere saber. Como muchas realidades Sobrenaturales que corresponden a la Divinidad de la que Jesús forma parte, podemos imaginar e intuir estas realidades, especulando cómo se desenvuelve con la precisión y el detalle que Jesús nos revela, ni más ni menos, porque según Su Infinita Sabiduría no necesitamos saber más. Por lo tanto, con lo que nos dice Jesús debíamos darnos por satisfechos y no seguir tratando de profundizar o especular, porque corremos el riesgo de distorsionar la realidad y no llegar a saber nunca mucho más, con lo que estaremos perdiendo innecesariamente el tiempo. Bástenos con lo que aquí nos dice Jesucristo. Para el resto, tenemos la fe, que como ya dijimos anteriormente ha de impulsarnos a la aventura de creer, sin tener la certeza absoluta, confiando en la Palabra del Señor. Si Él así lo dice, ha de ser así, aunque no entendamos bien cómo. Ese es el modelo que debemos tomar de la Virgen María que cree en la Anunciación que le hace el Ángel, sin pedir más detalles. ¡Es preciso tener fe! El Señor nos ha dado sobrados motivos para creerle no solamente en los Evangelios, es decir hace 2mil años, sino también en nuestras propias vidas. Todos tenemos historias personales o familiares que contar que pudieran haber sido distintas sin la intervención milagrosa y misericordiosa del Señor. ¡Hagamos memoria! Y si es posible, escribámosla, porque llegará un momento en que necesitemos de estas para animarnos y nos será difícil recordarlas, porque así de ingratos somos, cuando no nos falla la memoria, nos falla el corazón. A la distancia, terminamos por no creer que aquellas experiencias fueron importantes y hasta determinantes en nuestras vidas, y vamos descartando paulatinamente el milagro para transformarlo paulatinamente en buena suerte. Pues cuando resuciten de la muerte, ya no se casarán hombres y mujeres, sino que serán en el cielo como los ángeles.

Seguir leyendo Marcos 12,18-27 – cuando resuciten de la muerte

(378) vistas

Imágenes Relacionadas:

Marcos 11,27-33 – No lo sabemos

Texto del evangelio Mc 11,27-33 – No lo sabemos

27. Volvieron a Jerusalén, y mientras Jesús estaba caminando por el Templo, se le acercaron los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y las autoridades judías,
28. y le preguntaron: «¿Con qué derecho has actuado de esa forma? ¿Quién te ha autorizado a hacer lo que haces?»
29. Jesús les contestó: «Les voy a hacer yo a ustedes una sola pregunta, y si me contestan, les diré con qué derecho hago lo que hago. Háblenme
30. del bautismo de Juan. Este asunto ¿venía de Dios o era cosa de los hombres?
31. Ellos comentaron entre sí: «Si decimos que este asunto era obra de Dios, nos dirá: Entonces, ¿por qué no le creyeron?»
32. Pero tampoco podían decir delante del pueblo que era cosa de hombres, porque todos consideraban a Juan como un profeta.
33. Por eso respondieron a Jesús: « No lo sabemos.» Y Jesús les contestó: «Entonces tampoco yo les diré con qué autoridad hago estas cosas.»

Reflexión: Mc 11,27-33

No podemos osar desafiar al Señor en sabiduría, ni en audacia o astucia; siempre saldremos perdiendo. Sin embargo vemos cómo los poderosos pretenden emplazar y sorprender a Jesús, sometiéndolo a un interrogatorio, tal vez buscando intimidarlo. Pero el Señor no se acobarda ni se amilana; recordemos que no le hubieran podido tocar un solo pelo si Él no hubiera entregado Su vida por nosotros. Nadie le puede quitar nada, ni por lo tanto podrá ponerlo en problemas para contestar, ni se rendirá ante nadie, como no sea para cumplir con el Plan de Salvación. En toda circunstancia, no importa la dificultad o el peligro, el Señor responde con la Verdad, lo que no le impide ser astuto y aplicar su Inteligencia Divina. Fariseos, escribas y judíos pretende hacerle caer en una celada para atraparlo en ese momento, puesto que estaban hartos que anduviera soliviantando a los pobres y alterando el orden al que estaban acostumbrados, donde todo se hacía según sus disposiciones. No podían permitir que viniera este individuo y de buenas a primeras tratara de cambiarlo todo, mucho menos atacando el centro de su poder y prestigio. ¿Cómo iban a permitir y dejar pasar este escándalo en el Templo, donde ellos tenían poder supremo? No podían dejarlo pasar y por eso le salen al encuentro y le enrrostran esta pregunta desafiante, para terminar de una buena vez con esta insurrección. Pero la ágil y acertada respuesta del Señor, que solo podía venir de su privilegiada inteligencia, los dejó de una pieza. Les quedó claro que de esta forma no podrían competir con Jesús. No podían provocarle y mucho menos aprehenderle, porque a pesar de haberles dado la excusa perfecta, soberbios y confiados en su poder, hablaron más de la cuenta, tal vez por temor de lo que en realidad podía hacer, ya que acababa de darles una muestra de su carácter y energía. El Señor exhala autoridad, por lo que se hace difícil prestarle oposición. Además estaba el pueblo y sus seguidores, a los que tenían miedo. Por eso respondieron a Jesús: « No lo sabemos.» Y Jesús les contestó: «Entonces tampoco yo les diré con qué autoridad hago estas cosas.»

Seguir leyendo Marcos 11,27-33 – No lo sabemos

(376) vistas

Imágenes Relacionadas:

Marcos 11,11-26 – todo lo que pidan en la oración

Texto del evangelio Mc 11,11-26 – todo lo que pidan en la oración

11. Entró Jesús en Jerusalén y se fue al Templo. Observó todo a su alrededor y, siendo ya tarde, salió con los Doce para volver a Betania.
12. Al día siguiente, cuando salían de Betania, sintió hambre.
13. A lo lejos divisó una higuera llena de hojas y fue a ver si encontraba algo en ella. Se acercó, pero no encontró más que hojas, pues todavía no era tiempo de higos.
14. Entonces Jesús dijo a la higuera: «¡Que nadie coma fruto de ti nunca jamás!» Y sus discípulos lo oyeron.
15. Llegaron a Jerusalén, y Jesús fue al Templo. Comenzó a echar fuera a los que se dedicaban a vender y a comprar dentro del recinto mismo. Volcaba las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los vendedores de palomas,
16. y no permitía a nadie transportar cosas por el Templo.
17. Luego se puso a enseñar y les dijo: «¿No dice Dios en la Escritura: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? ¡Pero ustedes la han convertido en una guarida de ladrones!»
18. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley se enteraron de lo ocurrido y pensaron deshacerse de él; le tenían miedo al ver el impacto que su enseñanza producía sobre el pueblo.
19. Cada día salían de la ciudad al anochecer.
20. Cuando pasaban de madrugada, los discípulos vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz.
21. Pedro se acordó, y dijo a Jesús: «Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.»
22. Jesús respondió: «Tengan fe en Dios.
23. Yo les aseguro que el que diga a ese cerro: ¡Levántate de ahí y arrójate al mar!, si no duda en su corazón y cree que sucederá como dice, se le concederá.
24. Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán.
25. Y cuando se pongan de pie para orar, si tienen algo contra alguien, perdónenlo,
26. para que su Padre del Cielo les perdone también a ustedes sus faltas.»

Reflexión: Mc 11,11-26

Aparecen frente a nuestros ojos una serie de episodios aparentemente inconexos y hasta desconcertantes, sobre los que trataremos de reflexionar para entender su significado. ¿Qué tienen que ver la higuera con los comerciantes en el templo y la fe? En primer lugar no puede dejar de llamarnos la atención la impaciencia de Jesús con la higuera. Claro, tenía hambre, pero la higuera no podía darle los frutos que buscaba, por razones naturales. No era tiempo de higos. Sin embargo su reacción parece poco tolerante e incluso intemperante. Nos parece que pocas veces hemos visto así a Jesucristo, si hay otra, no la recordamos, a no ser la misma del templo que sigue a este episodio…Y tal vez por ahí encontremos la relación entre uno y otro. Claro, el Señor nos hace notar a través de esta maldición cuál es su poder, que es el mismísimo poder de Dios, capaz de hacer cualquier prodigio, por más descabellado que pudiera parecernos. Secar a una pobre higuera por no dar frutos a destiempo, parece un exceso, sin embargo, si asociamos este hecho a su reflexión sobre la fe, ha de quedarnos muy claro que todo es posible para Dios y lo mismo para el que tiene fe en Él. Hubiera podido seguramente hacer que la higuera diera frutos, pero en su divina pedagogía consideró más importante en esta ocasión demostrarnos quizás que también, si quisiera, podría castigarnos por no dar los frutos esperados, pero esa no es su actitud con nosotros. Por el contrario, nos tiene una paciencia infinita. Sin embargo, estamos llamados a dar mucho fruto y lo podremos hacer, si tenemos fe, porque no hay nada imposible para Dios. Él podría secarnos, pero no, Él quiere que demos frutos abundantes movidos por la Fe, cosa que era imposible pedirle a esta higuera o a cualquier otra creatura que no seamos nosotros. Él podía hacerlo, sin duda, tal como la secó, pero optó por esto último para enseñarnos la diferencia: nosotros podemos participar en este milagro de dar frutos para nuestro Padre Celestial, porque nosotros somos Sus hijos y como tales, somos capaces de tener fe y esto es todo lo que se necesita para mover montañas. Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán.

Seguir leyendo Marcos 11,11-26 – todo lo que pidan en la oración

(487) vistas

Imágenes Relacionadas: