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Juan 10,1-10 – tengan vida

tengan vida

El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.

Domingo 4º de Pascua – Ciclo A | 30 de abril del 2023 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

  • Hechos 2,14a.36-41
  • Salmo 22,1-3a.3b-4.5
  • 1 Pedro 2,20-25
  • Juan 10,1-10

Reflexión sobre las lecturas

tengan vida

De cuántas formas distintas el Señor quiere hacernos ver que Él es el único Camino, el único medio para alcanzar la vida eterna. Que nadie más que Él puede dar sentido a nuestras vidas. Que no hay nada, ni nadie que valga la pena seguir, más que Él.

Que tengan vida abundante es todo lo que quiere para nosotros, sus ovejas. ¿Qué tenemos que hacer? Oírle y Obedecerle. Nosotros conocemos su voz, de otro modo no le seguiríamos. Es decir que desde antes de venir a este mundo hay algo en nosotros que nos permite distinguirlo.

Nosotros somos de Él y para Él. Nuestra felicidad y plenitud está en Él. Es por Él que tendremos vida en abundancia. Su mayor alegría está sujeta a que alcancemos nuestro destino. Por eso estuvo dispuesto a dar su vida y en efecto, la dio.

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Juan 8,51-59 – saltaba de gozo

saltaba de gozo

“Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como ustedes, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, su padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.”

Jueves de la 5ta semana de Cuaresma | 07 de Abril del 2022 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

saltaba de gozo

El Señor se nos revela como la mejor noticia. Saber de Él, conocerle, es lo mejor que puede ocurrir en nuestras vidas. Tal como nos dice Jesucristo, Abrahán saltaba de gozo tan solo de pensar en que llegaría el día en que habríamos de verle.

Encontrarnos con el Señor y entender el mensaje que trae al mundo debe ser para alegrarnos. No hay ninguna noticia que pueda ser mejor. Si atendemos lo que nos está diciendo y nos esforzamos por entenderlo en toda su dimensión, también saltaremos de gozo.

Es que si no tenemos en cuenta lo que nos revela, seríamos unos necios. Por soberbia, ignorancia, petulancia o falta de razón, podemos pasar por alto esta revelación. Sin embargo, nadie con sentido común y medianamente inteligente lo rechazaría.

saltaba de gozo

El gozo viene por la certeza de conocerle

Es que la Palabra que nos trae Jesucristo nos abre la mente y da sentido a nuestras vidas. Él, o tal vez debíamos decir, Su revelación, lo explica todo. Sin ella, estaríamos incompletos. No llegaríamos a comprender nada. Con ella, lo tenemos todo.

Ojalá, como Abrahán, nos llenáramos de gozo pensando en la enorme alegría que este descubrimiento, que esta revelación traerá a nuestros hijos, nietos, bisnietos y a todos nuestros herederos. Él es la respuesta que todos buscamos fervientemente.

No hay noticia más grande, más importante y significativa que la que nos trae el Señor. Nuestros corazones deberían rebozar de alegría al recibirla. Y, como es lógico, nada tendría que entusiasmarnos más que transmitirla a todo el mundo, empezando por quienes más amamos.

Si crees, ¿cómo no saltar de gozo?

Nada ni nadie debía quitarnos esta inmensa alegría que tendría que convertirse en el gozo permanente en nuestras vidas, más allá o por sobre toda circunstancia. Tendría que llevarnos a anhelar está ya en las moradas eternas.

Esta alegría tendríamos que impregnarla en cada una de nuestras palabras y por su puesto en cada una de las situaciones que nos toca vivir. Mirar el mundo con esperanza, por la revelación que nos ha hecho Jesucristo.

Esta debe ser nuestra actitud permanente y ella debe llevarnos a compartir con todos la razón de nuestra existencia. Nada debía empañar esta alegría. Ni si quiera la muerte, el dolor o la enfermedad. No hay nada que pueda hacer nuestro peor enemigo para evitar que salte de gozo

Oración:

Padre Santo, danos la Gracia de comprender y sentir profundamente en el corazón, como Abrahán, que no hay nada más grande, más profundo, más alto, más definitivo y más alegre como lo que Tú nos has revelado. …Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.

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Lucas 10,21-24 – revelado a los sencillos

Revelado a los sencillos

Pongamos más atención a estas palabras. Tal vez comprenderemos por qué nos resulta tan difícil a veces comunicar el mensaje de Jesucristo a algunas personas, a algunas amistades. Es que el Señor se ha revelado a los sencillos. Dios ha querido que así sea. Esto es precisamente lo que le alegra hoy al Señor Jesucristo, tal como podemos leer en el Evangelio de Lucas 10,21-24.

revelado a los sencillos
revelado a los sencillos

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Lucas 15,3-7 – habrá más alegría en el cielo

Texto del evangelio Lc 15,3-7 – habrá más alegría en el cielo

03. Jesús les dijo entonces esta parábola:
04. «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?
05. Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,
06. y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: «Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido».
07. Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».

Reflexión: Lc 15,3-7

¡Qué distinta es la actitud del Señor a la nuestra! En general estamos cuidando nuestros propios pellejos y estamos tan ocupados en ello que no tenemos tiempo para levantar la vista y ver lo que sucede con nuestros hermanos. El mundo nos ha hecho consentir que primero tenemos que velar por nosotros mismos. Incluso hemos oído decir que quien no se ama a sí mismo, en primer lugar, está inhabilitado para amar a los demás. Y muchos de nosotros asentimos ante esta afirmación, como si fuera lógica y justa, aun reconociéndonos cristianos. Claro, es que las afirmaciones o creencias cristianas no sirven para la vida corriente. Vivimos como divididos, entre lo que creemos y la realidad, y así, finalmente termina imponiéndose la realidad y nos olvidamos de nuestra fe, que al final se convierte en algo amorfo e incomprensible, que guardamos para algunos pocos momentos privados, que no compartimos con nadie y que se desarrollan según nuestro buen criterio y entender, que normalmente es pobrísimo, como ha sido pobre el tiempo que hemos dedicado a la formación y consolidación de nuestros principios cristianos. Nos decimos cristianos, pero al final lo somos tanto como un pobre ancianito abandonado en un asilo puede ser hincha de un equipo de fútbol. ¿De qué le sirve, si nunca sabe cuándo juega, si nadie le informa, si no conoce a sus jugadores, no sabe cómo va en la tabla, ni cuáles son sus próximos compromisos y mucho menos va al estadio? Diríamos que fue fanático de este equipo y que es parte de su biografía, pero en realidad ello no significa nada. Así vivimos muchos nuestra fe, que tiene varios datos biográficos interesantes como la fecha de nuestro bautizo, primera comunión, confirmación y tal vez la de nuestro matrimonio. A diferencia de cualquier otra adscripción en nuestras vidas aquellas tuvieron la especial intervención del Espíritu Santo, el que está buscando hacernos conscientes de su Infinito poder, pero depende de que nosotros lo invoquemos. Hoy es el mejor momento para reflexionar qué significa Dios en nuestra vidas; qué tan relevante es; qué tan determinante en lo que somos y hacemos. Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse»

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