Archivo de la etiqueta: lo mandó a la cárcel hasta que le pagara toda la deuda

Mateo 18,21-35 lo entregó a los verdugos

lo entregó a los verdugos

Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.

Martes de la 3ra semana de Cuaresma | 22 de Marzo del 2022 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

lo entregó a los verdugos

La misericordia de Dios es infinita. Es cierto. Sin embargo, es claro que Él nos pagará con la misma moneda que paguemos a nuestros hermanos. Al Señor no podemos engañarlo. Y es tan justo que aplicará la misma medida que nosotros apliquemos a nuestros hermanos.

Por lo tanto, andemos con cuidado. Si tu entregas a los verdugos a quien de algún modo te faltó, sin atender sus súplicas ni darle ninguna oportunidad, no te quejes si al final recibes lo mismo. ¡Se tan comprensivo como quisieras que fueran contigo!

Tenemos que aprender a dominar el rencor y aprender a perdonar. No es fácil. Solemos llevar cuentas de quienes nos fallan, de quienes nos faltan. Y cuando se trata de dinero, somos implacables. Y a veces por cantidades irrisorias.

Seguir leyendo Mateo 18,21-35 lo entregó a los verdugos

(308) vistas

Imágenes Relacionadas:

Mateo 18,21-19,1 – perdone de corazón a su hermano

Y Jesús añadió: «Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que cada uno perdone de corazón a su hermano.»

Texto del evangelio Mt Mateo 18,21-19,1 – perdone de corazón a su hermano

21. Entonces Pedro se acercó con esta pregunta: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas de mi hermano? ¿Hasta siete veces?»
22. Jesús le contestó: «No te digo siete, sino setenta y siete veces.»
23. «Aprendan algo sobre el Reino de los Cielos. Un rey había decidido arreglar cuentas con sus empleados,
24. y para empezar, le trajeron a uno que le debía diez mil monedas de oro.
25. Como el hombre no tenía con qué pagar, el rey ordenó que fuera vendido como esclavo, junto con su mujer, sus hijos y todo cuanto poseía, para así recobrar algo.
26. El empleado, pues, se arrojó a los pies del rey, suplicándole: «Dame un poco de tiempo, y yo te lo pagaré todo.»
27. El rey se compadeció y lo dejó libre; más todavía, le perdonó la deuda.
28. Pero apenas salió el empleado de la presencia del rey, se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas. Lo agarró del cuello y casi lo ahogaba, gritándole: «Págame lo que me debes.»
29. El compañero se echó a sus pies y le rogaba: «Dame un poco de tiempo, y yo te lo pagaré todo.»
30. Pero el otro no aceptó, sino que lo mandó a la cárcel hasta que le pagara toda la deuda.
31. Los compañeros, testigos de esta escena, quedaron muy molestos y fueron a contárselo todo a su señor.
32. Entonces el señor lo hizo llamar y le dijo: «Siervo miserable, yo te perdoné toda la deuda cuando me lo suplicaste.
33. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero como yo tuve compasión de ti?»
34. Y tanto se enojó el señor, que lo puso en manos de los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
35. Y Jesús añadió: «Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que cada uno perdone de corazón a su hermano.»
01. Después de terminar este discurso, Jesús partió de Galilea y llegó a las fronteras de Judea por la otra orilla del Jordán.

Reflexión: Mt 18,21-19,1

mateo-18-35
Mateo 18,21-19,1 perdone de corazón a su hermano

Este comportamiento nuestro es el que seguramente ha dado lugar a la sentencia aquella: más papista que el Papa. Es que muchas veces somos inflexibles e intolerantes con los errores de los demás. Sin embargo reclamamos comprensión cuando somos nosotros los que fallamos.

¡Qué difícil nos resulta reconocer –con humildad- que nos hemos equivocado. No podemos extirpar de nuestros corazones la ponzoña originada por una ofensa o un desaire. Pero reclamamos benevolencia y comprensión -¡una oportunidad más!-, cuando el error o la falta ha sido nuestra.

Queremos obtener buenos frutos, cuando hemos sido incapaces de sembrar buena semilla. No damos buen ejemplo a nuestros hijos. No nos comportamos amablemente con nuestros vecinos. No somos tolerantes con nuestros compañeros. ¡Sin embargo, cómo nos duele que uno de ellos nos falle! ¡No se lo perdonamos!

Y Jesús añadió: «Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que cada uno perdone de corazón a su hermano.»

Seguir leyendo Mateo 18,21-19,1 – perdone de corazón a su hermano

(1428) vistas

Imágenes Relacionadas: