abrirle apenas venga y llame

abrirle apenas venga y llame – Lucas 12,35-38

abrirle apenas venga y llame

“Ustedes estén como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela»

Martes de la 29na semana del T. Ordinario| 20 de Octubre de 2020 | Por Miguel Damiani

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Reflexión sobre las lecturas

abrirle apenas venga y llame

En medio de tanta anormalidad que venimos viviendo y que algunos han dado en llamar la “nueva normalidad”, no son pocos los que piensan en el Fin de los Tiempos. ¿Estará el Juicio Final tocándonos la puerta? ¿Estamos viviendo el Apocalipsis?

Desde luego hay muchas señales que así parecieran confirmarlo. Pero el temor a admitirlo es tan grande, que preferimos negarlo. Sin embargo hay profecías, como las de Fátima o Garabandal, que calzan al milímetro.

Démonos el trabajo de leerlas, meditarlas y orarlas. Acudamos a algún buen sacerdote, de aquellos que todavía se puede encontrar y pidámosle que nos ayude a discernir los signos de los tiempos. Será muy bueno familiarizarnos con ellas. Si así fueran, que Dios nos encuentre preparados para recibirlo.

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Estar siempre listo esperando

De cualquier modo, no es de esto que trata directamente el evangelio de hoy. Lo que viene a recordarnos es que siempre, siempre, debemos estar preparados. Como el criado aquel que siempre está esperando a su amo, sin importar la hora, para abrirle apenas venga y llame.

Es así como debemos vivir, toda la vida. No solo hoy, que estamos siendo atacados por la progresía comunista y globalista. No puede pasar desapercibido para nadie que la humanidad ha sido secuestrada. Que nos encontramos presos de un régimen totalitario y despiadado.

Solo es cuestión de abrir bien los ojos y no dejarnos confundir. Si buscamos por nuestra cuenta las noticias y dejamos de seguir a la prensa oficial local, nacional y mundial, comprenderemos lo que está ocurriendo.

No podemos tapar el sol con un dedo

Hay hermanos que no quieren saber nada y esconde sus cabezas como el avestruz. Pero, lo que todo adulto responsable sabe es que de este modo no se enfrentan los problemas. Sin embargo el trabajo de Ingeniería Social que nos han aplicado ha dado resultados increíbles.

De un día para otro nos confinaron. Primero 15 días, que luego se prolongaron por uno, dos, tres, cuatro y más meses. Después de siete meses todavía no volvemos a la normalidad. Es más, los mensajeros del globalismo hablan de una “nueva normalidad” y de nuevos ataques y encierros, por nuestra culpa.

Debemos adaptarnos a este nuevo modo de vida, pregonan. A esta nueva normalidad. Ya desembozados los mundialistas empiezan hablar de un Nuevo Orden Mundial. Todos los medios y organismos que controlan lo empiezan a repetir una y otra vez.

Se nos impone un Nuevo Orden Mundial

Para el buen cristiano, aquel acostumbrado a buscar la Verdad y a oír al Espíritu Santo, el NOM (Nuevo Orden Mundial) ya se viene gestando hace décadas. Es parte de la Agenda 2030 de la ONU y toda su pléyade de ongs y dependencias globalistas. Lo único sorprendente es la rapidez con la que se han amañado para imponerla, en medio de una “Pandemia”.

No deja de ser llamativa la velocidad y contundencia con la que han impuesto este Nuevo Orden. Y es que claro, lo venían preparando al detalle desde hace mucho tiempo. Primero, hace no más de 10 años, se cambió la tipificación de Pandemia, para poderla declarar con no más de dos países infectados.

Luego se hizo un ensayo de la “Pandemia” en el 2019 llamado Evento 201. Por si fuera poco se empezó a desarrollar una Revolución Molecular en todo el planeta. La pudimos apreciar en Francia, Colombia, Ecuador y en Chile, en todo su furor, tan solo para mencionar algunos casos.

Todo fue previamente calculado y programado

Luego del ensayo, un muy conveniente accidente liberó en China el virus manipulado genéticamente. Coordinadamente el antropólogo comunista director de la OMS declarara Pandemia. Luego dicta medidas destinadas a potenciar la catástrofe generada.

Todos los gobiernos, mayoritariamente corruptos, bajo la égida de la ONU cierran fronteras y declaran confinamiento. Al servicio de los grandes capitales de Soros, Bill Gates, Rockefeller y otros connotados miembros del Club Bilderberg se disponen a quebrar el planeta, como si la crisis sanitaria no fuera suficiente. Y es que la verdadera crisis, para ellos, es la financiera, porque ataca a sus bolsillos.

Inmediatamente salta a la vista que de lo que se trata es de arrasar con la civilización occidental y cristiana, como la conocemos. ¿Para qué? Para salvar sus fortunas –y con ellos sus vidas, imponiendo un Nuevo Orden Mundial. ¿A qué costo? Lo revela Gates: dos tercios de la población mundial deben desaparecer y él sabe cómo.

Estrategias propias del maligno

¿Es este un proceder normal? Aunque han habido pestes gigantes anteriormente, nunca hemos asistido a una crisis tan grande que afecte a todo el planeta. Con los gobiernos y la prensa amarilla controlada, se sorprende y desconcierta a los médicos que como los ciudadanos abdican de razonar.

Todos voltean al Estado y este a su vez a los organismos Multilaterales, Mundialistas, en búsqueda de respuestas. Y aplican sin razonar y ya –aparentemente- librados de responsabilidad, las formulas, procedimientos, planes y tareas que ellos indican. ¿No se les paga por ello? La trama está montada.

Paradójicamente no solo se dicta medidas sanitarias equivocadas en todo el planeta, sino que se persiguen los medicamentos y soluciones que algunas pocas voces disidentes reclaman. Son pocos, así que se les aísla, proscribe, prohíbe y persigue. Se desprestigia a científicos, médicos y alguno que otro político que pretende apartarse del “Pensamiento Único”.

La Iglesia Santa y pecadora

Para colmo, cuando todos los fieles cristianos esperaban una respuesta contundente de la Iglesia Católica en defensa de la Verdad, esta se prorroga al infinito. En vez de ello se cierran los templos y se acatan protocolos humillantes, no solo por sus alcances sino por la reconocida corrupción de quienes los dictaminan.

La Iglesia jerárquica no solo parece desconocer el problema, sino que pide a los fieles acatar las disposiciones políticas emanadas de sus autoridades corruptas. Y, finalmente, por si fuera poco, en momentos que el mundo parece dividirse entre patriotas y globalistas, quien debía dirimir Bendice a globalistas y denuncia a los patriotas a nombre de una hermandad y una religión global.

Con todo este panorama, se entiende que muchos cristianos estemos esperando el fin de los tiempos desde mayo. Todo esto no parece sino corresponder con precisión cronométrica a las profecías de Fátima, Garabandal y otras. ¿Estará cerca el Juicio Final?

Estar atentos para abrirle apenas venga y llame

No nos corresponde saber la hora ni el día, nos dice el Señor. Pero todas las señas parecen coincidir. ¿Los católicos debemos tener miedo? En realidad NO. ¡Digámoslo en forma contundente! Repitámoslo una y otra vez. ¡No hay nada a qué temer! ¡Hay que estar listos, para abrirle apenas venga y llame! Eso es a lo que nos llama la lectura de hoy.

Desde siempre sabemos que nuestros días están contados. Que no hay nada que podamos hacer para aumentar un solo segundo a nuestros días. Que el día menos pensado se nos presentará la muerte. Entonces ¿a qué tener miedo? ¡Estemos preparados!

¿Es que creímos por algún momento que íbamos a vivir aquí eternamente? ¿No? Entonces ¿qué nos asusta? ¿A qué tememos? El Señor llegará en cualquier momento. Puede ser en este momento; esta tarde o dentro de 25 años? ¡No sabemos! ¡Nadie lo sabe! No nos corresponde saber.

Que nuestro Señor nos encuentre esperando

¿Qué nos dice el Señor? Que debemos vivir siempre listos, preparados para recibirlo en cualquier momento. Ese debe ser nuestro propósito de cada día. Irnos a dormir con la seguridad que el día de hoy hemos hecho todo lo posible y que el Señor puede venir cuando guste. Que lo estamos esperando.

Siempre estaremos listos. Así debemos vivir los hijos de Dios. Los verdaderos cristianos no debemos tener miedo a quien puede matar el cuerpo, sino a quien puede llevarnos al Infierno. Debemos temer a perder el alma, no el cuerpo. Así ha sido siempre y no hay NOM que pueda cambiarlo.

Ya sé que decir esto no es “lo políticamente correcto”. Pero nosotros NO debemos seguir consignas ni razonamientos globalistas, sino cristianos. Nosotros creemos y defendemos la vida, porque queremos la Vida Eterna. Es una de las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Tiempo de salir a proclamar a Jesucristo

Son las riquezas del Cielo las que nos atraen, no las de aquí que se han de comer los gusanos. Por lo tanto, es tiempo de salir al frente a los globalistas. No con violencia, sino con inteligencia y astucia. No seamos indiferentes, ni nos acobardemos. El Señor ha dado Su Vida para liberarnos de las tinieblas, de la destrucción, de la muerte y del pecado.

El Señor ha Resucitado para darnos Vida Eterna. A Él y solo a Él hemos de servir. Esta batalla la tenemos ganada. Es cuestión de tiempo. Estando con Cristo, el Demonio no podrá contra nosotros. ¡No nos dejemos esclavizar! ¡Cristo y yo, mayoría absoluta!

Oración:

Padre nuestro, en estos días de tremenda tribulación, no permitas que caigamos en la tentación de someternos a quien solo pretenden esclavizarnos. Que no abdiquemos de Tu Gracia, la única que tiene el Poder para salvarnos. Aviva nuestra oración perseverante. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.

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