se habrían convertido
“Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza.”
Viernes, 26ta semana del T. Ordinario | 01 de Octubre del 2021 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
- Baruc 1,15-22
- Salmo 78,1-2.3-5.8.9
- Lucas 10,13-16
Reflexión sobre las lecturas
se habrían convertido
El Señor se lamenta por el poco o nulo fruto que damos, pese a los sacrificios, al esfuerzo y los milagros realizados. Alguien, con poco tino podría decir ¿cuáles? Lo cierto es que no estaríamos vivos si no fuera por la bondad y generosidad de Dios.
Todo se lo debemos a Él. Otra cosa muy distinta es que lo olvidemos. Que no lo tengamos presente, por mal agradecidos. Nos creemos merecerlo todo. Estamos tan acostumbrados a las maravillas que nos rodean, gracias a las cuales el más miserable de nosotros vive, que las despreciamos o cuando menos no las aquilatamos en su magnitud.
Empecemos por la vida. No la tendríamos. No estaríamos pensando y quien sabe, disfrutando este momento, si no fuera por la Voluntad de Dios. Para bien o para mal, Él nos trajo al mundo. Y si efectivamente lo pasas mal, no será por causa Suya.

Con la décima parte de lo que tenemos pueblos enteros se habrían convertido.
Podemos culparlo una y mil veces, pero no tendríamos absolutamente nada, si no fuera por Él, empezando por la vida misma. Aun en las peores circunstancias, como dice el refrán, mientras haya vida habrán esperanzas. Algo puede cambiar y si no lo hace, no será por su culpa.
El Señor todo lo ha hecho bien. Es el Demonio, es el mal, el que lo ha torcido y malogrado todo. Hemos caído en su tentación y nos hemos hundido en la mentira, la oscuridad, la violencia, el engaño, la ambición, el orgullo, el egoísmo y la muerte.
Hemos preferido la esclavitud a la libertad de los hijos de Dios. Vendimos nuestra integridad, nuestra dignidad para conseguir aquello que no nos corresponde. Estamos dispuestos a mentir y engañar para conseguir una distinción.
No queremos sacrificios
Preferimos los bienes temporales a los que el Señor nos ofrece, porque estos últimos demanda sacrificio, entrega generosa y solidaridad. No estamos dispuestos a mortificarnos por nada, ni por nadie. Lo queremos todo, sin e mayor esfuerzo o sacrificio.
Nos hemos dejado seducir y hemos abandonado todo aquello que nuestros ancestros y nuestros padres cultivaron por inspiración divina. Ideologías malsanas y perniciosas se han apoderado de nuestras conciencias y corazones.
¿Qué nos ha pasado? Cuando estábamos en la cúspide, cuando habíamos llegado al zenit y no quedaba más que sentarnos a esperar por la segunda venida de nuestro Señor, de pronto, despreciando todo lo alcanzado, hemos desviado el camino. Cuando teníamos todo lo que habrías servido para convertir a civilizaciones enteras, escogimos darle la espalda a Dios.
Hemos cedido el gobierno a Satanás
Hemos dejado que el maligno impere en nuestras vidas. La perversión, el crimen, los delitos, el odio, el pecado, las drogas, la venganza, la avaricia, la lujuria, la ambición, el egoísmo, el hedonismo…Todo lo que es malo y retorcido domina nuestras vidas.
De pronto odiamos a Dios. No lo queremos en nuestras vidas. Nos avergonzamos de Él. Lo culpamos de todo lo que nos sucede. Blasfemamos, cuando somos nosotros los que hemos escogido el camino de la perdición.
Dios o el Dinero nos dijo Jesucristo. Nosotros escogimos el dinero. Es esta elección que se ha hecho cada vez más evidente los últimos 500 años la que está terminando con todo lo que hasta entonces habíamos construido.
Nos hemos dejado arrastrar por la corrección política
Es esta decisión la que nos ha llevado a avergonzaros de nuestra fe, de los valores que forjaron occidente, siguiendo el mandato de Jesucristo de ir por todo el mundo bautizando y enseñando el Evangelio. Hemos renunciado a nuestro deber, a nuestro justo liderazgo a nombre del Salvador, para traspasarle el testimonio a la sinagoga de Satanás.
Todo cuanto habíamos avanzado en 1,500 años, gracias al impulso dado por Jesucristo con su vida, muerte y resurrección, lo hemos puesto en duda, volviendo a los primeros siglos de la Iglesia. ¿Qué nos espera? ¿Qué le espera a la humanidad? ¿Hasta qué extremo tendremos que llegar?
¡Ay de ti Perú! ¡Ay de ti Venezuela! ¡Ay de ti Chile! ¡Ay de ti México! ¡Ay de ti Hispanoamérica! ¡Ay de ti España! ¡Ay de ti cristiandad! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza.
Oración:
Padre Santo, apiádate de nosotros. Ten compasión y ayúdanos a retomar el Camino que nos mandó recorrer Tú amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Asístenos con el Milagro de la Iluminación, para que no avancemos más en la insana destrucción a la que nos están conduciendo los enemigos de la Luz, la Verdad y la Vida. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos…Amén.
(333) vistas