sus ángeles
«Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.»
Sábado de la 26ta semana del T. Ordinario| 02 Octubre del 2021 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
- Éxodo 23,20-23
- Salmo 90
- Mateo 18,1-5.10
Reflexión sobre las lecturas
sus ángeles
La Iglesia nos invita a reflexionar en tres palabras, tres conceptos, tres realidades espirituales que trascienden en la vida de los discípulos de Cristo: la niñez, la pureza o la inocencia y los ángeles, como sujetos de una especial consideración Divina.
Cuando pensamos en almas puras, cuya blancura y brillo luminoso se puede destacar a simple vista, evocamos fundamentalmente a niños, luego a ángeles y ocasionalmente a santos o una que otra persona adulta que percibimos como ejemplar.
Hoy resulta inevitable pensar en esta relación de amor tan profunda entre los niños y Dios, de quienes dice Jesucristo sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. ¿Qué puede doler y herir más a Dios que lo que hacemos con uno de estos pequeños?

La abominación del crimen del aborto
Desde esta perspectiva podemos aproximarnos a comprender la abominación, el profundo dolor y ofensa que constituye para Dios el bárbaro e irracional crimen del aborto. No hay nada que justifique ni ampare tal perversidad.
Y, sin embargo, es el tema principal que ocupa la mayoría de estados, políticos, Congresos y Poderes Legislativos del planeta. ¿Qué pone en evidencia tal agenda? Que vivimos de espalda a Dios. Que hemos perdido la perspectiva sobrenatural que nos corresponde como hijos de Dios.
Para decirlo en Palabras de Jesucristo, haciendo caso omiso a sus advertencias, hemos decidido servir al Dinero y no a Dios, como Él nos manda. Y este es el camino que conduce a la oscuridad, a la mentira, a la destrucción y a la muerte.
Hemos descrito un círculo
Hemos retrocedido al tiempo de Adán y Eva, optando por escoger una y otra vez, la soberbia, el orgullo y la necedad. Siguiendo nuestros malos hábitos y dando rienda suelta a nuestros instintos, hemos decidido prescindir de Dios, hacerle caso omiso en nombre de una supuesta racionalidad y libertad.
¿Quién está tras este viraje de 180 grados que nos lleva a la perdición? Quién más, sino el Demonio. El mismo que tentó a Eva y por el cual entró el pecado en el mundo. Él es el homicida, el mentiroso, el tentador, que por odio a Dios nos lleva a la oscuridad y a la muerte.
El “series como dioses” ha vuelto a resonar con fuerza en quienes tienen el deber de conducir a los pueblos y a las naciones por caminos de justicia, desarrollo y prosperidad. Negando a Dios se ha dejado librada a la razón y a quien ostenta el poder la elección del rumbo que debemos seguir.
El Nuevo Orden Mundial
Las consideraciones que se tienen en cuenta en la práctica corresponden a aquellas que más agradan o satisfacen las ambiciones o aspiraciones de quien tiene el suficiente poder para imponerlas, al amparo de una ideología ad hoc creada a la medida.
Así es como hoy día estamos a merced de quienes se turnan en el poder. Ellos han decretado un Nuevo Orden Mundial en el que el Único Dios Verdadero, es decir, el Dios cristiano no tiene cabida, porque Él se define como la Verdad y la Vida, conceptos totalmente contrarios a la Ideología Relativista predominante.
Hemos pasado de amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos y de aspirar a la plenitud y la vida eterna en el cielo, a amarnos a nosotros mismos antes que a los demás, a buscar libremente nuestra realización personal y felicidad en este mundo, sin reparar en medios, priorizando el placer, controlando la natalidad y preservando el planeta, como la expresión de nuestra responsabilidad social.
Contra la ley natural
No poner cortapisas ni controles al ejercicio del poder, más allá del criterio y el parecer de quien detenta el poder, resulta un riesgo y un peligro para las grandes mayorías que tienen que adaptarse o someterse sin más, con lo que se atenta contra la libertad y la dignidad de las personas.
Así, un mundo sin Dios nos conduce inevitablemente a la dictadura de quienes tienen y ostentan el poder. Jesucristo tiene razón: no se puede servir a dos señores. Tendríamos que haber escogido a Dios, pero dejamos nuevamente que la serpiente nos sedujera y escogimos el Dinero.
Y aquí estamos. Matando a millones de niños por no perder nuestra comodidad, ni dejar de tener sexo por placer cuando se nos antoja, sin vernos obligados a asumir las consecuencias y responsabilidades que la naturaleza impone. Matando a los niños “ponemos fin a la ley natural”.
La humanidad ha dejado de oír a sus ángeles
¿Y cómo librarnos de la carga social que significan los ancianos que cada vez viven más y no aportan a su sustento? Inventamos la “muerte digna” que nos libera de todo compromiso, mediante el suicidio asistido, conocido como eutanasia.
¿Y qué hacemos con “sobrepoblación” del planeta, que amenaza con dejar sin recursos naturales a las próximas generaciones? ¿Qué hacemos con la depredación y la contaminación excesiva? Pandemia, vacunas y reseteo. “Seremos menos…tendremos menos y seremos felices.”
Este es el “nuevo mundo”, la “nueva era” sin Dios que el Príncipe de este mundo ha venido a imponernos a través de sus fieles sirvientes y esclavos que le han entregado su alma por una ilusión efímera, que, a cambio de millones de vidas y almas, le ofrece vida y placeres con fecha de caducidad.
¿Qué cosa tienen e dinero y el poder que nos embriagan? Nos dejamos seducir y esclavizar por la riqueza, el poder y la fama. Olvidamos que solo Dios tiene el poder para darnos la Vida Eterna y que esta solo se alcanza renunciando a nosotros mismos y amando a Dios y nuestros hermanos.
Oración:
Padre santo, te pedimos que no nos dejes caer en la tentación. Que nos des pureza de corazón y perseverancia, para seguir a Cristo Tu hijo. Que nos dejemos guiar por nuestros ángeles custodios de modo tal que no hagamos nuestra voluntad, sino la Tuya. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.
Elogio:
Memoria de los santos Ángeles Custodios, que, llamados ante todo a contemplar en la gloria el rostro del Señor, han recibido también una misión en favor de los hombres, de modo que con su presencia invisible, pero solícita, los asistan y acompañen.
Oración tradicional
Ángel de la guarda, dulce compañía,
No me desampares ni de noche ni de día
No me dejes solo que me perdería.
Oración litúrgica
Oh Dios, que en tu providencia amorosa te has dignado enviar para nuestra custodia a tus santos ángeles, concédenos, atento a nuestras súplicas, vernos siempre defendidos por su protección y gozar eternamente de su compañía. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
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