desparrama

Lucas 11,14-23 – desparrama

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El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.

Jueves de la 3ra semana de Cuaresma | 24 de Marzo del 2022 | Por Miguel Damiani

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Reflexión sobre las lecturas

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La sentencia que da Jesús a quien no trabaja en el mismo sentido que Él, es drástica y coherente. El Señor no se anda en medias tintas. Su llamada es exigente, porque exigente es la situación que viven nuestros hermanos.

El Señor ha dado Su vida por salvar a la humanidad entera. Hay que lograrlo de modo urgente. Porque Jesucristo no quiere que ni uno solo se pierda. Alcanzar este propósito demandó su vida, como posiblemente demande las nuestras.

Hay muchas situaciones que se presentan una vez en la vida. Ninguno de nosotros está seguro si mañana seguirá en este mundo. Un tropezón, un infarto, un accidente o un asalto podrían acabar con nosotros.

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Todo descuido en nuestra misión, desparrama

Siendo así, tendríamos que vivir siempre como si fueran los últimos minutos de nuestra vida. Y frente a esa perspectiva posible, siempre tendríamos que preguntarnos si lo que estamos haciendo lo haría también el Señor.

En la vida corriente, frente a los hechos cotidianos, a veces resulta difícil poder afirmar que lo que estamos haciendo en este preciso momento va en el sentido que lo que hace el Señor. Con tal de confundirnos y lograr que rompamos nuestros compromisos, interviene el Demonio.

Este mentiroso, sin lugar a dudas, tratará de engañarnos con cualquier excusa, si le damos la menor oportunidad. Entre ir a Misa o ir al fútbol, este siempre escogerá ir al futbol, con tal de alejarnos del Señor. Luego siempre el Señor se las arreglará para que obtengas algún provecho.

Nada importa más que hacer la Voluntad de Dios

Pero nosotros debíamos tener en cuenta todo el tiempo que quien no recoge con el Señor, desparrama. Y, recoger implica estar siempre ocupado en las cosas del Señor, con una actitud adecuada y los ojos y el corazón muy abiertos y dispuestos.

Te callas o no; intervienes o no; dejas pasar o te opones. No da lo mismo. Él Señor espera que siempre hagas lo correcto. Aquello que más ayude, acerque y lleve al Reino. Y que evites cuanto pudiera perjudicar la Misión encomendada.

¿Cuál es la Misión? Todos tenemos la misma Misión. Aquella que Jesucristo nos encomienda y que Mateo narra con estas palabras en los últimos versículos del capítulo final del Evangelio:
19.Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
20.y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado. Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.

El que desparrama no puede ser fiel a Cristo

Esto y no otra cosa es lo que tenemos que hacer. Esta es nuestra Misión. El Señor es quien nos lo ha mandado. Es lo que nos pide; lo que espera que hagamos. No hay nada más importante y urgente. Por ello Él ha dado Su vida. Para salvarnos.

Cualquier cosa que hagamos, que no tenga en cuenta este propósito de nuestra existencia, significa desparramar. Es decir, hacer todo lo contrario a lo que quiere el Señor. Es oponerse a Él. Alguien podrá creer que no, pero no es cierto. Tal como nos dice el Señor, el que o está conmigo, esta contra mí.

Oración:

Padre nuestro, ayúdanos a comprender que nuestra vida solo puede tener un sentido. Que si cuanto hacemos no confluye con Tu Santísima Voluntad, no vale la pena hacerlo, porque no solamente no ayuda, sino que se opone, engaña y desparrama. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos…Amén.

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