su alegría
«También ustedes ahora sienten tristeza; pero volveré a verlos, y se alegrará su corazón, y nadie les quitará su alegría. Ese día no me preguntarán nada.»
Viernes de la 6ta semana de Pascua | 27 de Mayo de 2022 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
Reflexión sobre las lecturas
su alegría
El Señor nos vuelve a reiterar el mismo mensaje, para reforzarlo. Es importante que entendamos este aspecto reparemos en la importancia de lo que nos dice. Tendremos una alegría que nadie podrá quitarnos. No se trata, pues, de algo pasajero.
Una alegría tal, solo puede dárnosla algo que trascienda cuanto podamos imaginar. Pensemos un momento. ¿Qué puede dar origen a esta alegría? ¿Qué puede ser tan relevante que nadie pueda quitarnos esta alegría?
El Señor llama las cosas por su nombre. No exagera, no miente, ni es fanfarrón. No tendría por qué serlo. ¡Todo lo contrario! Él es el Camino, la Verdad y la Vida. No se retractará de nada aun cuando ello habrá de costarle la vida.
El Señor ha venido a traernos alegría
El Señor no ha venido a buscar simpatías. No le interesa ser popular, ni quedar bien con nadie. Él ha venido a transmitirnos un mensaje que es esencial para nuestras vidas, porque da respuesta a la pregunta fundamental: ¿Cuál es el sentido de nuestra existencia?
No podríamos conocerlo si no nos lo revela y no lo creeríamos sin su muerte en la cruz y su posterior resurrección. Su muerte y resurrección corroboran lo que nos reveló. Es de tal trascendencia lo que nos revela, que solo puede ser sellado por su sangre.
¿Y qué nos revela Jesús? Que Dios es nuestro Padre. Él nos ha creado por amor. Nos ama aun desde antes que fuéramos llamados a la vida y nos ha destinado a vivir eternamente, en plenitud, adorándole y alabándole.
¿Puede haber fuente de mayor alegría?
Meditemos un momento. ¿Puede haber noticia más importante que esta? Él, siendo el Rey del Universo, el Creador de cuanto existe, nos ha creado a nosotros dándonos la dignidad de hijos suyos. ¿Puede haber mayor distinción?
¿Qué o quién podría darnos mayor alegría? ¿Alguien o algo podría quitárnosla? Jesucristo nos ha revelado el sentido de nuestra existencia y ha hecho posible que podamos alcanzarlo. ¿Cómo podremos pagar o retribuir lo que ha hecho por nosotros?
No hay forma. No hay nada que podamos dar a cambio o en compensación. Tampoco nos lo pide. Todo lo que podemos hacer es alabarle y bendecirle, siguiendo el Camino que Él nos ha enseñado. ¿Por qué? Porque Dios en su Infinitud ha querido que seamos libres, incluso de rechazarlo.
El mentiroso
¿Quién haría semejante cosa? ¿Por qué diría NO a la Vida? ¿Quién estaría dispuesto a perder esta Herencia? Ninguno de nosotros, EN NUESTROS CABALES. ¿Pero qué ocurre si alguien nos engaña? ¿Si alguien nos hace creer una mentira o si alguien nos hace dudar de Dios?
¿Quién podría hacerlo? Pues el enemigo de Dios: el Demonio. ¿Por qué? Pues porque es un Ángel caído, que no quiso servir a Dios. Que se reveló contra Dios, que pretende robarle a Dios sus hijos. ¿Por qué lo haría? Por soberbia; tal vez por envidia; quizás por maldad…Da igual.
¿Puede el Demonio echarnos a perder? Sí puede. Pero, ¿por qué se lo permite Dios? Es que en realidad somos nosotros los que haciendo mal uso de nuestra libertad podemos escoger aquello que habrá de ser nuestra condena para SIEMPRE.
Depende de nosotros
Está en nosotros rechazar a Dios, nuestro Padre. Elegir el Camino, la Verdad y la Vida, a lo que nos invita Jesucristo, o seguir el engaño, la mentira, la oscuridad y la muerte. Se dirá que la carne es débil y es cierto, pero para eso tenemos el auxilio de Jesucristo, los Sacramentos, la Iglesia, el Espíritu Santo y la Santísima Virgen María, además de los Santos.
Lo tenemos todo: Nadie podrá quitarnos la alegría, si nosotros no lo permitimos. En nosotros, en cada uno de nosotros está la llave de nuestra salvación o condenación. ¡No seamos necios! Recordemos la parábola del Hijo Pródigo o del Padre Bueno y hagamos lo que DEBEMOS.
Oración:
Padre Santo, danos la gracia de creer en todo aquello que nos ha revelado tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo y vivir el Evangelio, de modo que seamos contados entre tus elegidos. No permitas que nos alejemos de Ti. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.
(181) vistas