he vencido al mundo
«Les he dicho estas cosas para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo.»
Lunes de la 7ma Semana de Pascua | 30 de mayo del 2022 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
- Hechos 19,1-8
- Salmo 67,2-3.4-5ac.6-7ab
- Juan 16,29-33
Reflexión sobre las lecturas
he vencido al mundo
Luego de lo que acabamos de presenciar, a través de los discípulos, después de ser testigos de la resurrección del Señor, ya no deben quedarnos más dudas. Así mismo lo manifiestan los discípulos. Sin embargo, una cosa es la razón y otra la emoción o la sensación.
Racionalmente podemos entender que no hay nada que temer. Que debemos seguir adelante firmes y seguros, porque finalmente se cumplirá todo lo que nos ha revelado el Señor. Él nunca falla. Y si lo ha prometido, así será. Jamás nos ha defraudado.
Jesús es el amigo o el hermano que cualquiera quiere tener. Aquél que tiene palabras de consuelo y que te animar a seguir aun cuando más incierto parezca el Camino. Las dudas las siembra el maligno por medio de sus agentes mundanos.
No permitamos que el demonio siembre dudas
Ellos son los que se encargan de sembrar objeciones, a fin de lograr que nos detengamos, dudemos y hasta tomemos otro camino. Claro, todo el mundo hace lo que ellos dicen y no hay nada más inquietante que sentir que uno camina contra corriente.
Por eso es preciso creerle al Señor y una vez tomada la decisión correcta, a la luz de Su Palabra, perseverar en ella. No podemos estar titubeando. Hagámonos una lista de propósitos diarios y no descansemos hasta cumplirlos.
Se presentarán objeciones y dificultades que nos desanimarán. Oremos y sigamos adelante. Recordemos que cada día tiene su afán. Lo importante es cumplir hoy día. Mañana ya se verá. No nos detengamos a reconsiderar ni nos desviemos.
Salgamos al encuentro con oración
Una vez que en oración tomamos decisiones, sigamos adelante con los propósitos establecidos. Las últimas palabras del Señor deben alentarnos. ¡Ánimo!: yo he vencido al mundo. Si Dios está con nosotros, quien podrá contra nosotros.
Puesto que mantener esta resolución no puede ser tan solo obra nuestra, es preciso mantenernos en oración todo el día. Reservando ciertos momentos para una oración más fuerte, como las oraciones de la mañana, el Rosario, la Eucaristía, la visita al Santísimo y otras.
Y es que nuestro día debe girar en torno a Dios y Su Voluntad. Cuando Él llena nuestra mente y nuestro corazón difícilmente entra la tentación del demonio. Siempre estará rondándonos, como un lobo hambriento a su presa, pero no logrará desviarnos.
El Señor ha vencido al mundo
No dejemos librada nuestra resistencia a nuestras propias fuerzas. Ese es el peor error que podemos cometer. Oremos incansablemente. Todo el día, no solo cuando llega la tentación. Hagamos de ella un hábito y difícilmente seremos sorprendidos.
Oración:
Padre Santo, no permitas que nos desenfoquemos. Ayúdanos a comenzar cada día con nuestras oraciones de la mañana y a partir de allí, a ordenarnos para que nuestro plan diario sea finalmente un día lleno de ti. Que no nos importe nada más que esto. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.
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