Jesucristo es el cimiento
Jesucristo es el cimiento: «Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.» Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Miércoles de la 32da semana del T. Ordinario| 09 de noviembre del 2022 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
- Ezequiel 47,1-2.8-9.12
- Salmo 45,2-3.5-6.8-9
- Corintios 3,9c-11.16-17
- Juan 2,13-22
Reflexión sobre las lecturas
Jesucristo es el cimiento
¡Cuánta luz y sabiduría encontramos en las palabras del Señor cada día! Las lecturas de hoy están misteriosamente relacionadas con lo que estamos viviendo. El Señor nos habla de los que hoy nos acontece. No estamos teniendo el debido cuidado con la Creación.
Pero no entendamos sus palabras como respaldo a los que han hecho del ecologismo su religión. ¡No! El Señor se molesta y descarga su ira contra los que han hecho de este mundo creado por Dios, es decir de Su templo, un inmenso mercado en el que se negocia con todo y por todo. Incluyendo la ecología y la religión.
Hemos olvidado que Jesucristo es el cimiento de toda la Creación. Que Él debe ser el centro y el que de sentido a toda nuestra actividad. ¡No es el dinero, ni mucho menos negociar con las necesidades de nuestros hermanos lo que ha de tener lugar preponderante en el mundo!
De todo queremos obtener provecho económico.
Sin embargo, esto es lo que hemos hecho, llevando estas cosas al extremo de tenerlo todo ocupado y dedicado al comercio y a toda actividad económica de compra y venta. Olvidando lo más importante. ¡Qué hemos hecho de este mundo! ¡Todo se compra! ¡Todo se vende!
¿Qué hay del amor a Dios? ¿Qué hay del amor al prójimo? No estamos dispuestos a perder la menor oportunidad de negociar y hacer dinero, sin respetar a nada, ni nadie. ¿No fue acaso así durante la Pandemia? Hemos olvidado que Jesucristo es el cimiento y que, por lo tanto, toda acción nuestra debía estar orientada a acumular tesoros en el cielo.
Hemos perdido la brújula. Hemos perdido toda referencia a principios éticos y morales. El relativismo los ha engullido. Hemos abolido la ley natural y hemos perdido el sentido común. Así, todo está permitido en tanto dos, cualesquiera, se pongan de acuerdo en el precio.
Preferible expulsarnos hoy del templo a echarnos al infierno más tarde
Empezamos arrinconando a Dios, hasta sacarlo de nuestras vidas. Si el no existe, todo es posible o, mejor dicho, nada está prohibido. Puedes comprar o vender a tus hijos o hijas. Puedes matarlos, si coactan tu libertad. Todo lo que importa es tu bienestar y placer.
Todo ha sido dicho ya por Dios. Hemos visto una y otra vez como esto nos conduce a la oscuridad, la destrucción, la mentira y la muerta. Y sin embargo a nadie parece importarle. Solo queda armar un látigo y sacudirlos por la fuerza.
No hemos querido darle el respeto y la consideración merecida a lo que con tanto amor puso Dios entre nuestras manos. ¿Qué hemos hecho? Rebajando nuestra dignidad, o hemos convertido todo en mercancía. Estamos dispuestos a comprar o vender lo que sea en tanto incremente nuestro patrimonio.
Jesucristo es el centro
¿Sera que no hemos aprendido o no queremos reconocer que Jesucristo es el cimiento de todo cuanto existe en el universo? ¿O es que hemos olvidado quién es? ¡Hemos dejado de creer en Él! Como sea, bien merecido tenemos que nos sacuda.
Será por nuestro bien y salvación. De otro modo, bien merecidos tenemos los latigazos y la pérdida de todo aquello que veníamos acumulando, sin escrúpulo ni límites, si gracias a esta advertencia salvamos nuestras almas.
Oración:
Padre Santo, te pedimos que nos permitas tomar conciencia de la Gracia que significa ser Hijos de Dios. Que seamos conscientes del lugar que debes ocupar en nuestras vidas, poniéndote siempre primero a ti y luego a nuestro prójimo. No permitas que por ningún motivo desperdiciemos la sangre de la Santa Alianza derramada por nuestro Señor Jesucristo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.
(92) vistas