“La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo.”
Viernes de la 6ta Semana de Pascua | 11 Mayo del 2018 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
Hechos 18,9-18
Salmo 46
Juan 16,20-23a
Reflexión sobre las lecturas
Está triste, porque le ha llegado su hora
El Señor escoge la figura más adecuada para hacernos entender lo que estamos viviendo. Es como el embarazo de una madre, que espera el nacimiento inminente de su hijo. Lo espera con ansias; a ratos con desesperación. Quiere tenerlo ya en sus brazos.
Todo lo que ocurre en torno al parto, más aun cuando este es completamente natural, como ocurría en aquellos tiempos, combina una serie de emociones que van desde la angustia hasta la alegría plena.
Creemos ver un doble sentido en la promesa que Dios expresa hoy a Sus discípulos y a través de ellos a todos nosotros: Nuestra tristeza se convertirá en alegría. Solo esta afirmación viniendo de Jesucristo, debía llenarnos de esperanza, alegría y paz.
No importa lo que pueda ocurrir, sea lo que sea, nuestra tristeza se convertirá en alegría. ¿Qué podría ser más consolador que saber que en poco tiempo estaremos alegres, gozosos? ¿Qué podría ponernos alegres, sino una Buena Noticia, algo que indiscutiblemente sea bueno?
“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y les anunciará lo que ha de venir.”
Miércoles de la 6ta Semana de Pascua | 09 Mayo 2018 | Por Miguel Damiani
Son seguramente muchas las ocasiones en la que Cristo nos presenta la Trinidad. Esta es una, en la que podemos ver la relación que hay entre las tres Personas de la Santísima Trinidad y su proceder común, concertado.
Todo se va desarrollando conforme a un Plan, del que nosotros somos parte. Dios, con Sus tres Personas distintas, es el artífice. Pero a cada uno le toca un papel, que además de claro, está íntimamente comprendido y orquestado por cada uno a Su tiempo.
Debemos estar dispuestos a creer en Jesús siempre, porque lo que Él nos dice es siempre la Verdad. Cuesta a los discípulos aceptar que nos conviene que se vaya, como tantas cosas que suelen suceder y que nos cuesta comprender que pueden acarrearnos bien.
El Señor nos vuelve a pedir por enésima vez, que tengamos fe, que confiemos en Él y que obremos como corresponde. Hay cosas que inicialmente nos parecen malas, porque no las vemos con los ojos de Cristo, que después resultan una Bendición.
«Si el mundo los odia, sepan que a mí me ha odiado antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no son del mundo, porque yo al elegirlos los he sacado del mundo, por eso los odia el mundo.
Sábado de la 5ta Semana de Pascua | 05 Mayo 2018 | Por Miguel Damiani
Meditemos en aquello de habernos elegido. Es un concepto muy fuerte para asimilarlo de un momento a otro. Como muchos, pensaba que yo había decidido seguir al Señor. Ahora resulta que lo sigo porque Él me ha elegido.
¡Qué forma de elegir tan singular que tiene el Señor! Es muy distinta a la nuestra. Resulta que poco a poco y con la ayuda de nuestro discernimiento, la oración, los sacramentos y Espíritu Santo nos va persuadiendo que es con Él con quien debemos estar, que es a Él a quien debemos seguir.
Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre; desde ahora lo conocen y lo han visto.»
Viernes de la 5ta Semana de Pascua | 04 Mayo 2018 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
• 1ra de Corintios 15,1-8
• Salmo 18
• Juan 14,6-14
Reflexión sobre las lecturas
Yo soy el Camino
La contundente afirmación de Jesús no deja lugar a la duda. No hay otra forma de llegar a Dios que siguiéndole. Él es totalmente digno de confianza; no hay error en Él, puesto que es la Verdad. La Verdad y el Camino son lo mismo.
No es, pues, como nos dicen los medios de comunicación y como nos quiere hacer creer la cultura de muerte en la que estamos inmerso. ¡Basta de decir “esta es mi verdad”! Porque la Verdad es una. No hay una que dependa del punto de vista de cada quién.
“Si no ven signos y prodigios ustedes, no creen. El funcionario insiste: Señor baja antes que se muera mi hijo. Jesús le dice: Vuelve a casa, tu hijo vive.»
Lunes de la 4ta Semana de Cuaresma | 12 Marzo 2018 | Por Miguel Damiani
Nadie en el universo puede dar tan categóricamente esta noticia, que es el resultado de Su Voluntad. Jesús no quiere que suframos y se compadece de todo aquel que, en su camino, sale a pedirle de todo corazón.
El episodio nos da todas las evidencias para creer. ¿Qué más queremos? Se trata de una curación remota a un joven que moría y se produce al momento en que el Señor lo afirma. No es preciso verlo, ni tocarlo, ni saber exactamente lo que tiene.
Si el mundo está en crisis y a veces lo presentimos al borde del colapso, no hay otra explicación, es porque NO creemos en Dios. Obviamente para los incrédulos esta es una explicación absurda. Sin embargo, si nos ceñimos al Evangelio y creemos en Dios, no hay otra.
¿Por qué? Vayamos por partes. Sin pretender exactitud, porque sería imposible. Si creemos en Dios, empecemos por definirlo. ¿Quién es Dios para nosotros? Si pretendemos explicarlo racionalmente, fracasaremos. Solo podemos intuitivamente imaginarlo.