me seguirás
«Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Martes de la Semana Santa| 04 de Abril del 2023 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
- Isaías 49,1-6
- Salmo 70,1-2.3-4a.5-6ab.15.17
- Juan 13,21-33.36-38
Reflexión sobre las lecturas
me seguirás
Seguir a Cristo es la primera moción del Espíritu una vez que le damos la oportunidad de tocar nuestras vidas. Una vez que le abrimos la puerta, resulta difícil no sentirse identificado con Él. Brota naturalmente el deseo de seguirlo y con él Su promesa: me seguirás más tarde.
Es que el seguimiento de Cristo, contrariamente a lo que mundanamente estamos tentados a pensar, no depende de nosotros mismos, no depende de nuestras fuerzas o capacidades. Es Gracia que Dios concede a quien se deja tocar por Él, a quien lo deja entrar en su vida.
De allí que e verdadero seguimiento de Cristo sea capaz de conducirnos al sacrificio, incuso hasta el martirio y la muerte, de ser necesario. Seguir a Cristo es un asunto muy serio, pero al mismo tiempo, reiteramos, no depende de nuestras capacidades, sino de nuestra entrega a Su Voluntad.
La Voluntad de Dios es que vivamos eternamente
Jesucristo ha venido al mundo a enseñarnos el Camino. Más aún: a trazarlo. Él tenía que pasar por la pasión, muerte y resurrección para hacer posible que nosotros pudiéramos seguirlo. Por eso le dice a Pedro y con él a todos nosotros: me seguirás más tarde.
Pongámonos en contexto. Jesucristo va ascendiendo a Jerusalén como parte del Plan de Salvación trazado desde siempre por el Padre. Va en cumplimiento de Su Voluntad. Sabe que allí habrá de pasar por el doloroso sacrificio de la cruz, necesario para el perdón de nuestros pecados y nuestra salvación.
Una vez resucitado, es decir, cumplido el Sacrificio de la cruz, Jesucristo será elevado al cielo donde nos tiene preparado un lugar. Entonces nos enviará al Paráclito, al Espíritu Santo, que velará por nosotros y nos conducirá por el Camino, hasta alcanzar la Vida Eterna para la cual fuimos creados.
Llegado el momento lo seguirás
Por lo tanto, es preciso que todo esto pase primero. ¿Cómo lo trasladamos a nuestras propias vidas? Primero es preciso dejar entrar a Cristo. Él está allí, siempre tocando y esperando que le abramos. Él es un caballero. No entrará si tú no le dejas.
Sin embargo, una vez que le dejas, si eres humilde y sincero, Él afinará de tal modo tu mente, alma y corazón, que finalmente podrás reposar en Él, porque Él guiará tus pasos. Para llegar a eso, es preciso dejarse transformar.
Quién mejor que Él puede saber quién eres, cómo estás y qué necesitas. Poco a poco entrarás en sintonía con Él e irás aprendiendo a discernir y distinguir lo que en verdad importa. Aprenderás a separar la paja del trigo. Se trata de un proceso que depende mucho de tu disposición.
Me seguirás cuando me conozcas
¿Cómo puedes ayudar? Manteniéndote en vela y oración. Es decir que siempre debes estar atento a Él. La única forma de lograrlo es orando. Si te entregas confiadamente a Él, no serás defraudado. Es preciso aprender a discernir y distinguir Su Voluntad de la tuya.
No se trata de hacer lo que te gusta, lo que te resulta fácil o aquello en lo que te crees más apto. No importa cuánto te hayas preparado. Se trata de hacer lo que Él disponga. Él tiene un plan para cada uno de nosotros. Se trata de descubrirlo y seguirlo. “Entonces me seguirás.”
De eso se trata toda nuestra vida. De seguir al Señor. Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. (Dice San Pablo en su Carta a los Gálatas 2,20). Esta es la vida en Cristo a la que aspira todo cristiano. A eso estamos llamados.
El mundo es el escenario de una batalla
No podemos esperar vencer sin arrastrarnos y ensuciar el uniforme. Algunos rasguños, algunas heridas e incluso la muerte podrían ser parte del periplo. El seguimiento del Señor es un Camino empinado, exigente y sacrificado. En estos tiempos de secularización se tiene a ocultar esta realidad, edulcorando el mensaje. Pero no hay nada más falso que eso.
Para seguir al Señor, debemos estar dispuestos a desprendernos de todo. Debemos estar siempre disponibles. Nuestros planes no pueden sobreponerse a los de Cristo. Nuestros planes han de ser los suyos. Desengañémonos: no llegaremos a Él sin pasar por la cruz.
Para eso es necesario seguir siempre adelante. No detenernos. El seguimiento de Jesús es para toda la vida. Es este Camino el que nos conduce a la Vida Eterna para la cual hemos sido creados. Esta es la razón y el fundamento de nuestra existencia. Me seguirás.
Oración:
Padre Santo, que estemos siempre atentos a Tu Palabra. Que ella ilumine nuestras vidas y nos deje saber cuál es Tu Voluntad cada día. Danos la fe, la decisión y el valor necesarios para abandonarnos por completo a lo que tu dispongas, sin dudarlo ni por un segundo, confiando en que por más sacrificio y dolor que ello pudiera significar, si Tu lo mandas, será lo mejor que podemos hacer. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.
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