las Escrituras

Lucas 24,35-48 – las Escrituras

las Escrituras

«Esto es lo que les dije mientras estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.

Jueves de la Octava de Pascua| 13 de Abril del 2023 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

las Escrituras

En las lecturas de Pascua con frecuencia el Señor nos remite a las Escrituras, como la fuente para entender lo que está ocurriendo. Era necesario que todo ocurriera como estaba escrito. ¿Por qué? Porque hay una relación entre lo que estamos viviendo, con los profetas, los salmos y las Escrituras.

Las cosas no ocurren por azar. Dios tiene un Plan maravilloso para nosotros, Sus hijos. Este Plan ha sido dado a conocer desde muy antiguo por boca de los profetas, los salmos y las Escrituras. Hay total coherencia en el mensaje.

Por lo tanto, esta debía ser una prueba contundente para quien quisiera descubrirlo de la Voluntad de Dios para nuestras vidas y el mundo entero. Claro, las dudas provienen de los enemigos de Dios, que son los enemigos del hombre, que desean su perdición.

las Escrituras

Las Escrituras:  Palabra de Dios

El Señor nos confirma de modo explícito que las Escrituras encarnan Su Palabra, es decir, la Palabra de Dios. Es claro que debemos conocerla, meditarla, reflexionarla. Por ello nuestra Iglesia, que es nuestra Madre, ha establecido un Calendario Litúrgico que permite asegurar que a la vuelta de tres años habremos leído los más importantes textos de las Escrituras.

Estos mismos textos son los que se leen y meditan en cada Misa, en cada Celebración Eucarística. Si nuestra vida ha de sujetarse al Plan de Dios, como el centro y motivo de nuestra existencia, es totalmente coherente y lógico que debemos dedicar cada día un tiempo para beber de esta fuente.

¿Y por qué tendríamos que sujetarnos a este Plan? Porque ha sido elaborado por Dios, que es el Camino, la Vedad y la Vida. Es decir que allí encontramos el Sentido de nuestra existencia. Podríamos hacer un símil con la búsqueda de un tesoro.

El mayor tesoro del mundo

¿Si por un libro que cayera en nuestras manos supiéramos de la existencia del mas grandioso tesoro habido en la tierra y en él mismo encontráramos las coordenadas para ubicarlo y desenterrarlo, no lo buscaríamos siguiendo con diligencia sus instrucciones?

Esto es lo que encontramos en las Escrituras, pero por pereza o por engaño de sus detractores nos resistimos a considerar en nuestras vidas. No solamente nos negamos a considerar la lectura de la Palabra de Dios, sino que preferimos cualquier otra cosa.

Decimos que no tenemos tiempo, pero nos pasamos gran parte de este viendo películas o programas de la televisión que son totalmente contrarios a lo que nos propone el Señor. Y lo peor de todo es que terminamos dando crédito a los enemigos de la fe.

Los enemigos de la fe

¿Quiénes son los enemigos de la fe? Obviamente todos aquellos que con cualquier pretexto nos impiden acercarnos a Dios. En la actualidad, el enemigo más grande es el Secularismo, esta ideología que a nombre del racionalismo y el cientificismo ha ido desterrando a Dios de todo ámbito.

¡Desengañémonos! Esta no es nada más que una treta del demonio, destinada, con engaños, a borrar de nuestras mentes, almas y corazones al Único que nos ha amado hasta el extremo de dar Su vida por nosotros.

Todo está detallado en las Escrituras, a las que hoy no les damos espacio en nuestras vidas. De allí que estemos viviendo en una cultura de muerte, llena de perversiones, desviaciones y libertinajes, que, de no mediar intervención Divina, terminarán con nuestra civilización.

Jesucristo nos ha salvado

Nosotros, los católicos, sabemos por las Escrituras, que Jesucristo nos ha salvado. Triunfando sobre la muerte ha derrotado al Demonio y restaurado la Alianza que Dios Padre quiso establecer con nosotros, sus hijos. Ello nos debe llevar a la alegría y el optimismo.

Este es el horizonte que debemos mantener fijo en nuestra vista, alma y corazón. Nada ni nadie puede impedirnos llegar a aquel destino anhelado, superior a cuanto pudiéramos imaginar. El Señor ha puesto a nuestro alcance todos los recursos necesarios para esta travesía, incluyendo al Espíritu Santo para que nos guíe.

No es pues, de ninguna manera poco lo que tenemos a nuestro favor. ¡No seamos necios y torpes! Estemos en vela, atentos, para no dejarnos sorprender y acudamos permanentemente a la oración, a las Escrituras, y a los Sacramentos, especialmente el de la Eucaristía, que el Señor nos ha dejado precisamente para este paso temporal por el mundo.

Recordemos que nosotros debemos vivir en el mundo, sin ser del mundo. Es decir que hemos sido creados para un destino infinitamente superior, para el cual es indispensable que pasemos por este mundo amando y haciendo el bien, tal como nos lo enseñó Jesús.

Oración:

Padre Santo, abre nuestro corazón y nuestras mentes para entender que sin ti no somos nada. Que todo lo que debemos hacer es seguir a Jesucristo, cuyo paso por este mundo fue precisamente para enseñarnos el Camino, tal como lo recogen la tradición y las Escrituras. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.

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