vender todo lo que tiene

vender todo lo que tiene – Mateo 13,44-46

vender todo lo que tiene

“El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.”

Miércoles de la 17ma Semana de Tiempo Ordinario | 31 de Julio del 2019 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

vender todo lo que tiene

No existe nada, absolutamente nada que pueda superar aquello que Dios tiene reservado para nosotros y que Jesucristo ha venido a revelarnos. Esto es fundamental que lo comprendamos, porque de ello dependerá el empeño que pongamos por alcanzarlo.

Dediquemos unos minutos a pensar en aquello qué más nos importa, aquello que más queremos en este mundo. Sea lo que sea. Si te cuesta trabajo enfocarlo, haz un rápido recuento de lo que haces. ¿A qué dedicas más tiempo en tu vida? ¿Por qué te esfuerzas más?

¿Qué es aquello que por nada del mundo dejarías? ¿Qué es aquello de lo cual no podrías prescindir? ¿Qué es aquello con lo que sueñas? Sea lo que fuere, incluso la vida, lo que Dios Padre nos tiene deparado es superior, tal como Jesucristo nos lo revela.

vender todo lo que tiene

¿Qué puede estar por encima de todo?

Algunos consideramos entre lo más valioso en nuestras vidas a nuestros padres, otros a nuestros hijos, otros a nuestros cónyuges. Sin embargo nada de lo que pudiéramos mencionar lo podríamos alcanzar si no fuéramos libres y estuviéramos confinados irremediablemente a un calabozo.

Sin embargo, aun en ese caso, por más oscura que fuera la celda, gracias a nuestra inteligencia, podríamos volar en nuestra imaginación o en nuestros sueños hasta aquel sujeto (¿u objeto?) de nuestros deseos y yacer a su lado.

Pero ni la libertad, ni la inteligencia, ni la voluntad podrían alcanzar a ser nuestros atributos más valiosos, si no tuviéramos vida. Por lo tanto la vida es la mayor gracia, el mayor regalo que hemos recibido completamente gratis, por Voluntad de Dios.

¿Por qué estarías dispuesto a vender todo?

¿Qué es aquello imprescindible por lo que estarías dispuesto a dar todo lo que estuviera a tu alcance? Pues no puede ser otra cosa que la vida. Vida que ninguno de nosotros pidió y que sin embargo nos ha sido dado gratis por nuestro Padre Creador.

¡Eh ahí otra gran paradoja! Lo que más vale, aquello por lo que no podríamos dar nada a cambio, porque no está en manos de ninguno de nosotros darle origen, nos ha sido dada gratis, como un obsequio, porque esa ha sido la Voluntad de Dios.

Lo más valioso, aquello que ni con todo el oro y las riquezas del mundo podríamos comprar, nos ha sido dado gratis. Nadie en trance de muerte puede comprar un segundo más para su vida. ¡Nadie! Es decir que no solo nuestra vida es invaluable, sino que cada segundo de ella tiene esta misma característica.

¿Por qué ha puesto Dios tanto valor en nuestras manos?

Indiscutiblemente POR AMOR. No hay nada que podríamos haberle entregado a cambio. No hay nada que podríamos hacer para merecerla. Él, como nuestro Creador, conoce nuestra realidad y no espera nada a cambio.

Dios ha puesto este tesoro en nuestras manos para que seamos felices. Para que discerniendo su valor, gracias a nuestra inteligencia, voluntad y libertad, la usemos en correspondencia a su inconmensurable valor y fragilidad.

Es como si nuestro Padre nos hubiera encomendado el cuidado y buen uso de la filigrana de mayor valor y delicadeza que pudiéramos imaginar. ¿Qué otra cosa significa sino el himen que protege la virginidad de nuestras esposas? ¿Qué es el embrión, qué el ovulo recién fecundado, qué nuestros bebes?

La delicadeza tiene un nombre: amor

Dios ha puesto esta vida en nuestras manos, este tesoro infinito, para que lo conservemos eternamente. ¿Cuál o cómo debe ser nuestra relación, nuestro trato con este precioso don, único e irrepetible? La única palabra que conocemos capaz de describir esta relación es amor.

¿Cómo debe ser el amor? ¿Cómo podemos estar seguros que nuestro trato, que nuestras manifestaciones, que nuestras actitudes corresponden a la medida del amor necesario para alcanzar la vida eterna para la que fuimos creados?

La respuesta la encontramos en Jesucristo, que nos amó hasta el extremo de dar su vida por nosotros, enseñándonos que el que guarda su vida para sí mismo, la pierde. En cambio el que la entrega a los demás por amor, la gana para siempre.

El amor de Dios es infinito

No hay mayor amor que el que Dios nos ha manifestado. Él en su infinita sabiduría nos ha creado para el amor. Nos ha dado la vida, el obsequio más preciado del universo, para que alcancemos la plenitud y la vida eterna, prodigándonos en el amor.

Solo quien ama es capaz de alcanzar aquella plenitud y dicha de la vida eterna. El amor es el Camino. Por eso debemos preguntarnos si estamos viviendo en el amor y para el amor. Este conocimiento revelado por Jesús en los Evangelios, constituye la piedra filosofal, que habrá de llevarnos a la eternidad.

Vivir siempre en el amor, manejándonos con toda delicadeza e cada uno de nuestros actos, resulta tan imposible para nosotros como para un elefante trasladarse de un lado a otro en una tienda abarrotada de cristales finos.

Pero lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios. De allí que debamos mantener una relación permanente y profunda con Dios mediante la oración, tal como el Señor Jesucristo nos ha enseñado. Orando y pidiendo siempre el Don del Espíritu Santo, que nos fortalecerá y guiará hasta alcanzar la luz.

Oración:

Padre Santo, danos la sabiduría necesaria para entender que no hay nada más preciado que la vida que Tú nos has obsequiado para vivirla en el amor. Que es amando como alcanzamos la razón de nuestra existencia y la plenitud. Que debemos orar incesantemente para alcanzarlas, porque sin ti nada somos. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.

(367) vistas

Imágenes Relacionadas:

Un comentario sobre “vender todo lo que tiene – Mateo 13,44-46”

  1. Buenos días estoy interesado en recibir vuestras publicaciones pues es una buena herramienta para poder transmitirlo a los demás, gracias por esta maravillosa obra

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *