Mateo 9,32-38 – sintió compasión de ella

Sintió compasión de ella

Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos.

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Mateo 9,32-38 sintió compasión de ella

Mateo – Capítulo 09 – tu fe te ha salvado

Reflexión: Mateo 9,32-38

Hay muchísimo por hacer. Eso es lo que el Señor Jesucristo constata cuando ve a la muchedumbre que lo sigue. Y es que estamos todos como perdidos, como ovejas sin pastor. Es decir, como ovejas descarriadas, caminando sin rumbo fijo o siguiendo nuestros apetitos, sin reparar mucho en el camino.

La imagen es realmente desoladora. Sobre todo para quien ama. Es desconsolador, es triste ver a quienes amamos perdidos, deambulando como zombis. Como robots producidos en serie, carentes de corazón, de dignidad, de identidad, de voluntad y autonomía. Esclavos de un programa que siguen al pie de la letra.

Así se presenta a nuestros ojos muchas mañanas la humanidad. Todos corriendo, cumpliendo, atareados, obsesionados por el tiempo, por la hora, por la tarea. La angustia y el stress atormenta a aquellas almas perdidas, incapaces de la ilusión que da una visión panorámica.

Eso es lo mismo que seguramente veía Jesucristo: hijos de Dios, incapaces de verse a sí mismo y reconocer su dignidad. Atribulados por las angustias de cada día, sin posibilidad de levantar la cabeza, erguirse y mirar el horizonte.

Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos.

Incapaces de comprender como encaja cada pieza en el Plan de Dios y como cada tarea ha de cumplir parte de esta misión para dar el verdadero sentido a la vida. Que no todo, ni nada debe hacerse de memoria, por instinto y sin reflexión. Que todo tiene un propósito.

Que es la voz del Pastor la que debemos asegurarnos de oír y seguir. Que solo Él tiene la Visión panorámica que permite anticipar que aquello que hacemos encaja o no en el Plan de Salvación trazado por Dios. Que solo Él puede garantizar que alcanzaremos el propósito aquel.

Que la vida tiene un solo y único sentido; que es el mismo para toda la humanidad, aunque luego deba concretarse en diversidad de matices. Pero que todos estamos dirigiéndonos a alcanzar el mismo y único propósito, que nuestro Pastor conoce y hacia el cual nos guía: ser felices y vivir eternamente.

Si no levantamos la cabeza para asegurarnos que Él va adelante, que lo vemos, lo oímos y lo seguimos, corremos el riesgo de perder tiempo e incluso perder la vida en pequeños vericuetos. Que no se trata de divagar o dejar pasar el tiempo sin dirección alguna conocida.

Estamos en el mundo con un propósito que aunque a veces no es tan claro para nosotros, nuestro Pastor sí lo conoce. Por lo tanto aun cuando atravesemos por cañadas oscuras, Su vara y Su cayado nos acompaña y nos conducen a tierras fértiles y aguas mansas.

Todo lo que tenemos que hacer es verle, oírle y seguirle. Pero somos muchos, es verdad. Entonces, ayudémonos los unos a los otros. Amémonos unos a otros, para no equivocarnos. Reflejemos Su luz. Repitamos el mensaje. Pasemos el testimonio, como en una posta, unos a otros.

Alimentémonos cada día con Su Palabra, confirmemos y nutramos nuestra fe participando diariamente en la Eucaristía, fuente de luz, amor y sabiduría. Ella habrá de comunicarnos la certeza de andar por el Camino que nuestro Pastor nos señala; el único que nos conduce a la felicidad y a la Vida Eterna para la cual fuimos creados.

Padre Santo, no permitas que nos apartemos de Tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Que seamos dóciles a Su Palabra y prestando oídos la sigamos fielmente, haciendo el Bien y amándonos los unos a los otros como Tú nos mandas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor…Amén.

Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos.

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4 comentarios sobre “Mateo 9,32-38 – sintió compasión de ella”

  1. Gracias me acerco la lectura a mi intención de hoy a mi propósito en mis tareas diarias;servir a Dios para culminar un fin satisfactorio en cumplimiento con su voluntad. La prisa es mía el desespero es mío la voluntad es de Dios.

    1. ¡Qué alegría que te ayuden…es el Señor quien lo hace posible! Lo más importante: salvar nuestras almas ¿Cómo? Amando….primero a Dios sobre todas las cosas y luego al prójimo, como Él nos ama. Bendiciones

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